La restitución de las ventanas y contraventanas del bloque de viviendas que se localiza en la Parcela Ñ de Santa Clara, así como la pintura del exterior y las zonas comunes del interior del devuelven la belleza el inmueble construido en 1995 según proyecto de N3 Arquitectos, premiado entonces por su diseño.

En la calle Olivina del barrio de Santa Clara destaca desde 1995 la construcción de un edificio de viviendas de alquiler social, propiedad de Viviendas Municipales de la capital, que llama la atención por realzar el protagonismo del hormigón armado, como se evidencia en su fachada desde que en el último año se acometió tanto la reposición de las ventanas y las contraventana como la mejora en la pintura del exterior así como de los espacios comunes.

La intervención desde Viviendas Municipales, con una inversión que ronda los 175.000 euros, no solo permite la renovación de este tipo de inmuebles promovidos desde el ayuntamiento –en el particular de la Parcela Ñ, como se le conoce a este bloque–, sino que mejora la calidad de vida de sus vecinos. Junto a este bloque de viviendas –que tiene dos portales que permiten el acceso a 48 viviendas–, la concejalía que dirige el nacionalista Juan José Martínez también ha intervenido en las 108 viviendas de San Pío, las 174 de la curva de Taco o construcciones también de titularidad municipal, que están en régimen de alquiler, en el barrio de San Andrés.

En la calle Olivina del barrio de Santa Clara destaca desde 1995 la construcción de un edificio de viviendas de alquiler social, propiedad de Viviendas Municipales de la capital, que llama la atención por realzar el protagonismo del hormigón armado, como se evidencia en su fachada desde que en el último año se acometió tanto la reposición de las ventanas y las contraventana como la mejora en la pintura del exterior así como de los espacios comunes.

La intervención desde Viviendas Municipales, con una inversión que ronda los 175.000 euros, no solo permite la renovación de este tipo de inmuebles promovidos desde el ayuntamiento –en el particular de la Parcela Ñ, como se le conoce a este bloque–, sino que mejora la calidad de vida de sus vecinos. Junto a este bloque de viviendas –que tiene dos portales que permiten el acceso a 48 viviendas–, la concejalía que dirige el nacionalista Juan José Martínez también ha intervenido en las 108 viviendas de San Pío, las 174 de la curva de Taco o construcciones también de titularidad municipal, que están en régimen de alquiler, en el barrio de San Andrés.

La Olivina recupera su esplendor

El resultado final de la actuación de rehabilitación de las zonas comunes puede alcanzar la excelencia si, como sucede en la Parcela Ñ, la comunidad de vecinos se involucra hasta el punto de transformar el patio interior en un jardín donde comulga la vegetación, el picón y una fuente, hasta lograr una configuración propia de un inmueble que parece reservado a zonas residenciales de lujo.

Junto al estilo de la construcción, marcado por el proyecto que elaboró el equipo técnico N3 Arquitecto –formado por Eustaquio Martínez, Antonio Corona y Arsenio Pérez Amaral–, la clave del éxito en la rehabilitación del bloque pasa por la implicación y el compromiso de la comunidad de vecinos, como reconoció el alcalde de la capital, José Manuel Bermúdez, en la visita que realizó en la mañana de ayer en compañía del concejal de Viviendas, Juan José Martínez, y de la responsable del Distrito Ofra-Costa Sur, Gladis de León.

La propia presidenta de la comunidad, Begoña Negrín, agradeció la implicación del área de Viviendas Municipales, porque “los vecinos hemos pasado también por circunstancias de dificultad económica y hemos tenido problema con los ascensores y hemos contado con el apoyo del referido departamento”. “En la actualidad, están en servicio, el edificio cuenta con seguro, también con extintores que se renuevan dos veces al año y tiene contratada una empresa de limpieza que presta servicio dos veces a la semana”, precisó Begoña Negrín.

“Aquí en el edificio hay vecinos de todas las edades; la mayoría superan los 50 años, aunque también hay más jóvenes; tal vez la población infantil es menor”. dijo la representante vecinal que precisó que, además de los trabajos de pintura, también se solventó el problema de dos bajantes que afectada a unos locales.

En medio de la conversación de la comitiva con la representante vecinal –primero en la entrada principal y luego, junto al jardín interior–, llegó Antonio, un residente de unos setenta años, que aprovechó que se encontró junto a la puerta del ascensor de su bloque al alcalde: “Bermúdez, arregla la bomba de la fuente”, le confió para dar su conformidad con el acabado final de la rehabilitación.

Juan José Martínez elogió la implicación de la comunidad de vecinos y adelantó que, de cara a 2021, su concejalía sopesa a creación de la figura del mediador, en colaboración con el Colegio de Administradores de Fincas, para promover la implicación de los vecinos y, juntos, promover el correcto funcionamiento de comunidades que facilitan la actuación en la mejora de inmuebles de titularidad municipal, como es el caso.

Begoña Negrín, presidenta de la comunidad de vecinos de la Parcela Ñ, vive en este bloque desde hace 15 años; fue a cuidar a su tía y estableció su residencia, lo que también ha permitido hacer piña en beneficio de la comunidad.