Antes de abandonar la zona de la iglesia de El Tablero y la calle Toledo, el alcalde va al encuentro del carrito para preguntar a la señora que lo atiende por Ramón. “Recuerdo la última vez que vine, que me llevó a su casa para enseñarme unas fotos antiguas; dele recuerdos de mi parte”, le encomienda. Bermúdez recuerda que las dos veces que ha pasado más frío en Santa Cruz han sido en las fiestas patronales celebradas en Llano del Moro y en El Tablero. Aún así, Bermúdez parece quedarse con ganas de calle, y propone improvisar un recorrido. Del carrito a Cuatro Caminos, por el trayecto salta la alerta del penúltimo decreto del Gobierno de Canarias en el que recuerda que las personas que deseen regresar al Archipiélago deberán someterse a pruebas que descarten el contagio del Covid-19 o someterse a un confinamiento de catorce días.

Tasca que se descubre detrás del nuevo bar El Lagar. | | MARÍA PISACA

De Cuatro Caminos a El Lagar. Y pese a la crisis sanitaria y económica, Michel, el dueño del bar Cuatro Caminos, preparaba el miércoles la reapertura de un nuevo establecimiento, El Lagar, que recupera el nombre primitivo del bar. “La distancia de seguridad nos han obligado a ampliar el otro”, le explica al alcalde a pie de obra. Dentro, junto a un amplio salón (y una barra condenada), una pintura de Federica Furbelli que decora una pared. Bermúdez se cuela a la cocina, donde se preparaba la comida para la reapertura y es guiado por Michel a la parte de atrás, una tasca dentro de un bar, un rincón reservado para buenos conversadores... “No podemos bajar los brazos”, le confía el regidor a Miguel, el empresario valiente que desde ayer regenta su segundo bar; el primero lo cogió de su suegro y ahora asume otro reto personal.

La comitiva municipal en El Granero, de Jesús Díaz. | | MARÍA PISACA

Mini Market El Tablero. De paseo por las angostas aceras de El Tablero –lo importante no es la estrechez, sino que tienen aceras–, el alcalde saluda a varios vecinos que lo identifican aunque lleva mascarilla, y hasta le gasta una broma a una dependienta del Mini Market El Tablero que luce una diadema navideña. “No te voy a preguntar cómo estás porque ya veo que te veo que bien, brindando por ahí dentro”. De nuevo, otra feligrés de la parroquia de El Tablero, que lo emplazó a acudir al ensayo de la tarde de ayer.

El Granero. Otro negocio, El Granero, de Jesús Díaz. “Aquí vendes un poquito de todo”, le reconoció Bermúdez mientras observaba desde pienso para los animales hasta plantas, o naranjas, batatas, plátanos... “Todo es de la cosecha de El Tablero”, le precisó Jesús. “Monté este negocio hace 20 años por consejo de un amigo; siempre me han gustado las cosas del campo, incluso el deporte de la cacería...”, e interrumpe la conversación para atender a un cliente.

De camino de vuelta al coche, la dirigente vecinal insiste; no quiere que quede en saco roto el techado de las canchas del colegio. Javier Rivero acude a dar agua por señas al regidor: “Bueno, en la actualidad se están haciendo obras, tanto es así que las aulas están con las ventanas abiertas por el protocolo del Covid y las máquinas trabajando”. “Tomamos nota”.

Bermúdez visita la iglesia, saluda al párroco y a las feligresas. “El templo de El Tablero fue la primera parroquia de la zona cuando pertenecía a El Rosario por el aumento de la población, en los años 20”, presume Rivero; casi el mismo orgullo que siente él por el barrio muestran algunas feligresas por su concejal de Distrito.