Los residentes en el pasaje Tigaiga, en el barrio de Somosierra, vivieron la noche del martes 8 de diciembre su particular noche de Reyes, aunque tampoco descartan traer a sus Majestades de Oriente precisamente el día 5 de enero. Aprovechando el entente cordial que comenzó a fraguarse entre las 46 familias de la zona cuando quedaron confinados por el estado de alarma, Rosi y Jose, dos vecinos, han promovido una serie de actividades que han alimentado el orgullo de vivir en este enclave. La última, el particular encendido de la iluminación y decoración navideña que entre todos han montado en la zona.

“Yo llevo dos años viviendo aquí, aunque en realidad soy de Somosierra de toda la vida; vivía en un piso y me vine a una casita del pasaje Tigaiga, donde vivo con mi hija Jéssica. Todo comenzó en el confinamiento. Un día se nos ocurrió subirnos a los muros de las viviendas a Jose Méndez y a mí; él puso el altavoz que da sonido a toda la calle y, con la canción Resistiré de fondo, se nos ocurrió disfrazarnos. Jose se puso un tocado de Cariocas –comparsa en la que milita–, mi hija, de su murga –Burlonas–, y yo uno de Ni Pico-Ni Corto. Y a partir de ese día todos los vecinos esperaban que llegara las siete de la tarde, cuando se daba el aplauso a los sanitarios, porque nosotros aprovechábamos y salíamos disfrazados a animar a todos los vecinos de la zona”. Es el testimonio de Rosi Sánchez que encuentra en su hija la razón de tirar cada día para adelante.

Nacida en Santa Cruz de Tenerife en 1964, Rosi admite que su vida ha sido complicada pero “soy una persona muy fuerte y luchadora, y tengo una niña preciosa que cuando la veo cada mañana digo: ya tengo por quien luchar, porque penas no vamos a contar, aunque hay muchas. Yo soy muy positiva, aunque hoy (por ayer) me levanté llorando como una magdalena, pero yo me lavo la cara y para adelante, como los elefantes”, comenta para dejar en el olvido penalidades de su vida en las que prefiere no abundar.

Cuento de Navidad en el pasaje Tigaiga

Rosi saca su lado más festivo y, a su vez, solidario, porque ha acabado por revolucionar a los vecinos del Pasaje Tigaiga de la mano de Jose Méndez, un chicharrero que hace 18 años dejó atrás el barrio de La Candelaria, en La Cuesta, para establecerse en Somosierra. Conocido como Drag Wendy, uno de los primeros que participó en la gala de Las Palmas, Jose acabó por contagia a Rosi e imbuir a todos los vecinos del pasaje.

Lo que comenzó como una novelería para animar el confinamiento –subidos en los muros, cantando y bailando disfrazados– se convirtió en el embrión de la dinamización del Pasaje Tigaiga, en el que residen 46 familias– solo dos casas están vacías en la actualidad. “Pero aunque no estén ahora, ninguna vivienda se quedó sin decorar”, precisa Rosi.

“Aquí hemos hecho muchas actividades desde el confinamiento, porque luego celebramos el Día de Canarias y también el Orgullo Gay y más tarde Halloween”, precisa Jose Méndez. “La casa de Wendy parece una de Nueva York”, se ríe Rosi para elogiar el entusiasmo y la entrega de este vecino.

Cuento de Navidad en el pasaje Tigaiga

“Fui pidiendo cinco euros puerta a puerta para comprar algo de decoración para todas las viviendas y se invitó a todos a colocar luces en su patio exterior, y quien no podía aportar, no se quedó sin decoración”, apunta Rosi. “En todos barrios siempre hay algunos malos entendidos entre vecinos, pero aquí lo hemos dejado en el olvido”; es la parte buena de la pandemia. Eso, y los ratos de risas y fiestas que han caracterizado el tiempo de trabajo en los salones de las diferentes casas para tener todo a punto el pasado martes. “Todo esto ha partido de los propios vecinos y su esfuerzo; solo llamamos al Distrito de Ofra-Costa Sur para comunicarle que la tarde del día 8 íbamos a hacer nuestro encendido como hizo Santa Cruz el resto”, cuenta Rosi, que agradece la presencia de la concejala de zona, Gladis de León, así como el director de distrito, José Miguel Zamora. “Queremos seguir haciendo cosas”, aventura la vecina con la complicidad de Jose Méndez.

“Hemos colocado unas alfombras por fuera de todas las viviendas, un unas banderas, una luces... y cada uno ha decorado su casa como ha querido”. “Lo único que nos ha molestado ha sido la lluvia, porque queríamos inaugurar el encendido antes; hasta estuvimos haciendo el montaje mientras nos mojábamos”, añade.

¡Que vienen los Reyes!

Los proyectos que promueven los vecinos del Pasaje Tigaiga no finalizan con la iluminación y la decoración de navidad. “Tenemos en mente hacer algo especial para el día 5 de enero, y nos encantaría que los Reyes Magos visitaran nuestro pasaje. De hecho, ya estamos en gestiones para que vengan y poder celebrar una cabalgata por todos los pasajes de esta zona de Somosierra, como si tenemos que descolgar las cortinas para prepararle el vestuario, pero confiamos en la colaboración del director de distrito, José Miguel Zamora; se han portado muy bien”, afirma.

Rosi, promotora de esta actividad junto a otros residentes de la zona, comenta con jovialidad que “cuando vino Zamora el martes al encendido agradecimos que nos pusieran el buzón para que los niños puedan enviar sus cartas, y también le recomendé que la próxima vez lo coloque debajo de una farola en vez de entre dos palmeras que por la noche no se ve nada”, se ríe con complicidad.

Antes de la visita de los Reyes, estos residentes tienen en mente celebrar la Navidad y Fin de Año siguiendo las medidas de distanciamiento social. “Aquí son viviendas unifamiliares de bajo y alto, cada una con su patio exterior, por lo que podemos salir a la calle y, cada uno desde su vivienda, brindar y felicitarnos las fiestas”.

Emocionada, Rosi recuerda el detalle de unos mayores del Pasaje Tigaiga a los que convidó el día del encendido. “Abrimos una botellita de sidra y a ellos les ofreció si querían un poquito de café o un cortadito; ellos me dijeron que si les daba un poco de sidra lo agradecían”, cuenta.

“Aquí hay vecinos de todas las edades”, añade, para referirse a Alana, la más pequeña del pasaje, a Manuel y Trini, o Angelita, que pese a ser de los más veteranos del barrio se distinguen por ser de los más colaboradores. “Tienes que ver a muchos vecinos arreglando sus ventanas, colocando los adornos... y luego cuando fue el encendido. Aquí fue una fiesta”.

Más allá de la anhelada visita de los Reyes Magos, Rosi y Jose no paran de dar vuelta a la cabeza. “Queremos poner en marcha una asociación de vecinos en esa zona, pero para eso hace falta que nos echen una mano desde el Distrito de Ofra”, aunque se muestran optimistas y confiados en la palabra que le han dado.

Rosi reconoce que haber estado metida en los preparativos de la decoración del Pasaje Tigaiga le ha permitido tener “la cabeza ocupada”. “He estado trabajando en Parques y Jardines del Ayuntamiento de Santa Cruz; unas veces te llaman para cubrir un fin de semana, otras veces una temporada un poco más larga... y ahora estoy en paro, por lo que no me viene bien estar parada; yo no sirvo para estar en casa mano sobre mano”.

Desde que mantuvo más relación con Jose, en el confinamiento, se han convertido en el motor del barrio, aunque Rosi hace cómplice de esta aventura a todos los vecinos de la calle. “Me voy a olvidar de alguien seguro, pero aquí han estado trabajando duro Jose Wendy, José Manuel, Jonay, Jéssica, Jessy, Antonio, Beny, Isabel, Javi... Todos trabajamos en esto”, comenta con orgullo.

Una gran solemnidad

La tarde del pasado martes, 8 de diciembre, después de pasar muchas tardes con los preparativos y ya haber instalado la decoración, los propios vecinos promotores de la aventura animaron a los residentes a activar la luz a las siete y media de la tarde. Para ellos fue un gran acontecimiento por la ilusión y el trabajo que han puesto. “Tienes que ver como vienen de trabajar y se meten en su casa a preparar la decoración o a realizar el montaje para que todo esté a punto”. Rosi tiene palabras de reconocimiento hacia Jose Méndez, uno de los soportales de esta aventura, que ha permitido revolucionar esta zona de Somosierra, hasta el punto de ser una referencia en el resto de la zona por lo limpio y cuidado del entorno.

Jose lleva veinte años trabajando en Mercado; en los últimos tiempos desarrolla su labor en el establecimiento de El Cardonal. Espera que llegue las tres de la tarde y se va corriendo para su casa como niño con zapatos nuevos para afrontar los últimos preparativos de la decoración que ha montado en el Pasaje Tigaiga, si ni algún vecino no se ha podido subir a montar la decoración, alguien ha acudido a echarle una mano. “Todos los barrios tienen sus cosas y nosotros también, pero somos una familia y entre todos nos ayudamos para vivir la Navidad, pese al distanciamiento social”.