Mucho más allá del oleaje que a cada poco ponía en solfa a los vecinos de la avenida y del olor a pescadito frito, San Andrés tiene unos componentes históricos que se remontan a veinte siglos atrás. Este pueblo marinero que precisamente hoy celebra a su santo patrón era conocido por los guanches como Abicore e Ibaute, topónimo del que toma nombre la asociación cultural de barrio. Con el paso de los siglos, esta zona se conoció también como Valle de las Higueras, dado el predominio de esta especie en el lugar, hasta que a partir de 1498 se convirtió en el Valle de Salazar porque estos terrenos formaron parte del reparto que se realizó al término de la conquista de Tenerife y le fueron asignados a Lope de Salazar, considerado primer vecino del pueblo. Tras erigirse la iglesia bajo la advocación de san Andrés, la población adoptó esa denominación por la que se conoce en la actualidad.

Al encuentro de San Andrés

Junto al antiguo castillo de San Andrés, fortificación militar de 1706, arranca una de las ocho rutas planificadas desde el área de Patrimonio Histórico que dirige la concejala nacionalista Gladis de León, que realiza el recorrido junto a la guía Natalia Pou. Arranca aquí el paseo por San Andrés, un enclave fundamental para entender el papel que jugó en la historia tanto de este pueblo como de Santa Cruz, pues permitió repeler los intentos de ataques piratas.

Al encuentro de San Andrés

De la mano de Natalia Pou el visitante se adentra en estos terrenos que pertenecieran al Menceyato de Anaga de Beneharo hasta que, tras la conquista, pasaran a manos de la familia Salazar. En su evolución urbanística se descubren hitos como la construcción de una antigua iglesia junto a la fortificación militar en 1510, que fue víctima de una crecida del barranco, por lo que se procedió a su nueva construcción en el interior del pueblo, en 1680. Detrás del templo se construyó un cementerio en 1828, hasta que en 1893 la epidemia de cólera desbordó el camposanto y fue preciso habilitar otro junto a la playa.

De la mano de la guía Natalia Pou, el área que dirige la concejala Gladis de León hace un recorrido por San Andrés, rompiendo con los tópicos y ahondando en su valor patrimonial. Una quincena de excursionistas disfrutan durante dos horas de la intrahistoria de la torre que hoy se conoce como el viejo castillo del pueblo, para adentrarse entre sus calles y visitar la emita, la escuela Estévez, con referencias al cementerio hasta la antigua batería militar.

Aunque resulte llamativo, Natalia Pou explica que se trata de un cementerio con playa, y no al revés, en clara referencia a la pregunta de cuántos visitantes muestran su sorpresa cuando descubren los enterramientos antes de llegar a la zona de esparcimiento.

Una iglesia con mucha historia

Los quince excursionistas disfrutan de las explicaciones de Natalia Pou, cuando pone énfasis, a las puertas de la iglesia de San Andrés, en que el visitante se encuentra con uno de los templos más antiguos de Santa Cruz. Tampoco quiere dejar pasar por alto la arquitectura tradicional, para hacer especial mención a las antiguas casas terreras, como la escuela Estévez, una construcción de Francisco Estévez González que cedió Águeda Brito González para un centro público permanente.

Tras su actividad como escuela, en los últimos años ha servido como sede de los mayores del pueblo, actividad que ha menguado en los últimos tiempos, según explicó la concejala Gladis de León, también por la incidencia del Covid-19 y la imposibilidad de retomar la programación hasta que no se levanten las restricciones.

Tras esta aproximación a las casas terreras, tan características de La Laguna o La Orotava –incidió Natalia Pou–, a la nueva arquitectura que se implantó con la construcción de edificios de bloques que dejó en el olvido las construcciones de ventanas de guillotinas y teja redondeada desde 1950. Desde la iglesia, a la batería militar de San Andrés, a través de la subida a San Roque. Por el camino, una de las participantes en la excursión interpreta a la guía: “¿Y este edificio qué es?”. Tal vez no sale como los sitios de interés del pueblo. Se refiere al Infobox, la construcción efímera que diseñó el arquitecto francés Dominique Perrault para exponer la maqueta de su proyecto para Las Teresitas y que en la actualidad es lo único que se conserva toda aquella operación para la playa.

Tras sortear la vereda que lleva a la batería militar –con especial riesgo en un desnivel pegado a la ladera no apto para quienes padecen vértigo– la ruta corona San Roque: a la izquierda, Las Teresitas; a la derecha, la torre de San Andrés que despidió a Nelson. Aunque ya se había rendido en 25 de julio de 1797, cuando marchaba de regreso, las tropas locales dispararon sus cañones ajenas a que ya había repelido el ataque inglés una gesta que recuerda una placa junto al antiguo castillo inartillado desde 1878 y considerado inadecuado para la defensa militar desde 1924 que espera un destino mejor en San Andrés, orgullo de Santa Cruz.