En lo que va de año, el Puerto de Santa Cruz de Tenerife ha recibido la visita de más de 40 yates, la mayoría de lujo. Mientras que la llegada habitual de cruceros a la instalación chicharrera y el tráfico de pasajeros de línea regular se redujeron de manera drástica debido a la pandemia del coronavirus Covid 19, los yates sí continuaron arribando al Puerto de la capital tinerfeña, “aportando su grano de arena al desarrollo económico de la Isla”, según se destaca desde la Autoridad Portuaria.

Esta informa de que, además, con el inicio del otoño, comenzó la temporada alta de yates en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife, por lo que, resalta el citado organismo, aún se espera la visita, de aquí a final de año, de otra decena más de estas lujosas embarcaciones. Precisamente, estas llegarán a uno de los enclaves portuarios en los que más visible resulta la visita de estas naves, al igual que la de los grandes veleros, “para los que también estamos en temporada alta”, la Marina Santa Cruz, ubicada en el Muelle de Enlace, por la que han pasado, aproximadamente, una treintena de yates en lo que va de año.

El presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, Carlos González, explica que “estamos inmersos en la temporada en la que estas embarcaciones cruzan el Atlántico hacia América; de ahí que elijan nuestro puerto para repostar, descansar y suministrarse de víveres previo a su partida”. Sin duda, agrega, la visita de los yates “tiene su repercusión económica en la Isla y en el municipio capitalino”.

El titular del organismo tinerfeño destaca también que el tráfico de estos yates en la Isla ofrece, “asimismo, la posibilidad de darla a conocer entre sus tripulantes, abriendo así el abanico de posibilidades de que, contentos con el servicio ofrecido, regresen para disfrutarla con más tiempo”. En definitiva, para Carlos González, esta es también una oportunidad para promocionar Tenerife ante este sector, para que los viajes se repitan y se siga generando economía a través del mismo. “La generación de este tipo de economía es beneficiosa para todos, ya que ayuda a estrechar los lazos de unión entre el Puerto y la ciudad, uno de los objetivos prioritarios de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife”, manifiesta González.

Desde Tenerife Offshore & Shipping Agency, consignataria que ha gestionado algunos de los yates que han atracado en el Puerto chicharrero, se ha hablado de algunas cifras. Esta consignataria cuenta que, por ejemplo, una de las últimas naves que han arribado a la instalación capitalina ha necesitado repostar más de 13.000 litros de gasoil, lo que supone un gasto superior a los 30.000 euros; ha invertido entre 2.000 y 3.000 euros en aprovisionamiento, y sus tripulantes han consumido y comprado en establecimientos locales.

Aunque este es un caso particular, del que no se puede aportar más información, como el nombre de la embarcación, por motivos de confidencialidad, desde la consignataria se afirma, “sin poder facilitar datos globales”, que todos los yates “generan un impacto económico positivo, independientemente del repostaje o aprovisionamiento necesario o del número de tripulantes con el que viajen a bordo”.

Traslado a Australia

Entre las numerosas embarcaciones de este tipo que han visitado este año el Puerto capitalino, la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife destaca, teniendo en cuenta los casos más singulares, el yate Playpen, por la operación de traslado hasta Australia que se tuvo que llevar a cabo. Llegó a la instalación chicharrera el 13 de marzo y allí quedó atrapado por la pandemia del Covid 19. Venía de Europa y su intención era viajar hacia el Caribe. Atracada en la Marina Santa Cruz, esta nave necesitó de la intervención del semisumergible RollDock Star en una “espectacular maniobra realizada en el Muelle Sur”. Era la primera vez que se llevaba a cabo una operación en la que estuviese involucrado un buque de estas características en el Puerto capitalino. Fue necesaria la colaboración de un equipo de buzos.

El propietario del Playpen, un yate de lujo, se encontraba ya en Australia y pagó más de 100.000 euros para el traslado de la embarcación hasta dicho país en el RollDock Star. La operación se desarrolló a finales de mayo. Este yate de lujo, abanderado en Islas Marshall y que puede ser alquilado a través de diferentes webs para su disfrute, fue construido por Richmond Yatchs en el año 2007. Dispone de seis cabinas para invitados y cuenta con una tripulación de siete personas.

Por otro lado, la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife también resalta la visita a la instalación chicharrera, por primera vez, del velero de aluminio más grande del mundo, el Sea Eagle II. Atracó en el Muelle Sur a mediados de este mes. El Sea Eagle II, también denominado Proyecto 400 y cuyo propietario se desconoce, es una goleta de 81 metros de eslora construida en el astillero holandés de Royal Huisman. Fue botada en enero de este mismo año. Esta curiosa y espectacular embarcación arribó al Puerto de la capital tinerfeña para suministrarse de combustible y también de víveres, además de dar reposo a su tripulación durante los días previos a su partida rumbo a Antigua y Barbuda, en el Caribe.

Su gran envergadura obligó al astillero encargado de su construcción a adoptar nuevos métodos de desarrollo y construcción de este tipo de naves. Hubo que dedicar un año de trabajo al diseño, a la ingeniería y a la planificación de la construcción, correspondiendo a Dykstra Naval Architects la arquitectura y diseño exterior de la nave, según apuntan fuentes de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife.

12 invitados en 6 camarotes

En sus 81 metros de longitud total se da alojamiento a 12 invitados en seis camarotes, detrás de la suite del propietario, y a 15 tripulantes; alcanza una velocidad máxima de 21 nudos, y cuenta con una superficie vélica de 3.050 metros cuadrados, que se despliega en tres mástiles construidos con fibra de carbono.