Han transcurrido ya diez días desde que comenzaron las obras en la avenida Venezuela y el concejal de Salud-La Salle y de Urbanismo, el popular Carlos Tarife, acude a visitar a empresarios y vecinos por segunda vez. “Me he propuesto estar aquí todos los miércoles para escuchar las demandas de los residentes; hoy es el segundo día que acudo porque la primera vez fue el miércoles pasado, que estuvo el concejal de Infraestructuras, Guillermo Díaz Guerra”.

Carlos Tarife acude a la cita, junto a Deportes Salud poco después de las diez de la mañana y asume que “hoy vamos a recibir tortas de los vecinos, pero los políticos estamos para dar la cara, y ver qué cosas se pueden mejorar”.

Antes de comenzar el recorrido por la zona, la pregunta del millón, la más reiterada por los vecinos y comerciantes: “¿Por qué comenzar ahora la obra a las puertas de la campaña de Navidad?”. Tarife asume que no es la mejor época. “Lo sé, pero es que si no la comenzamos antes de que finalice el año habríamos perdido 230.000 euros de los 734.011,59 que cuesta”.

El concejal de zona ensaya con su interlocutor el discurso que se ha preparado para los vecinos y comerciales y que ya estrenó el miércoles de la semana pasada: “La obra tiene una duración de ocho meses; esperamos que esté lista para antes del próximo verano; se prevé que la apertura de la zanja tarde cinco meses. Eso permitirá restituir todas las canalización como la recogida de aguas y el saneamiento”, y luego tendrá un acabado como la parte baja, afirma mientras señala a la zona del centro de salud.

Entre los vecinos consultados, nadie cuestiona la necesidad; es más, todos están conforme con que se haga la actuación. Cosa muy distinta es el momento elegido. Todos a una, sin coincidir, repiten: “después de la pandemia que hemos pasado, ahora las obras”. No falta quien asegura que, aunque solo hace diez días que comenzaron los trabajos, falta mano de obra y hasta maquinaria. “Los trabajos avanzan muy lento, aunque nos aseguran que están dentro de los plazos previstos”.

Por si alguien duda de la necesidad, Tarife recuerda también el fallecimiento de una persona en una riada que azotó la zona en el año 2014. Y precisa que estos trabajos se ejecutar en la parte alta de la avenida Venezuela, para aclarar que es la ampliación de la actuación de mejora que se ejecutó hace cuatro años, pero “no es que se haya vuelto a abrir la calle; es otra zona”, precisa. Eso sí, las pérdidas en las ventas afectan por igual a los comerciantes de la parte alta de la avenida Venezuela, que cuantifican sus pérdidas en hasta el 40% respecto al mes anterior o al mismo periódico del año pasado. Es el equivalente a perder al “cliente de coche o paso”, como lo definen los empresarios cuando se refieren a aquellos que venían de La Salud, Las Indias o La Cuesta, aparcaban en zonas de carga y descarga y seguían con la misma hasta su trabajo o sus hogares. “Se han cargado la campaña de Navidad”, vuelve a ser la cantinela más oída de los comerciantes.

Colegio Cervantes

Durante la conversación, salen los niños de una clase de Primaria del Colegio Cervantes. “Míralos a ellos los tranquilos que transitan”, comienza Tarife mientras ve cómo marcha los pequeños en compañía de su profesor hacia la parte alta de la calle por la zona acotada por la valla. Sin duda, el que no se consuela es porque no quiere.

Centro Integral Experiencie Setai

Junto a Tamara del Pino y Marta Vela, miembros del equipo, el concejal hace un puerta a puerta; no está en campaña electoral sino en plenas obras. El primer altar, el Centro Integral Experiencie Setai, de Roberto Pérez, que se dedica a talleres y actividades de vida sana y bienestar. “No nos oponemos a las obras, pero sí nos vendría mejor que adaptaran las zonas de carga y descarga”, precisa, para evitar que aparquen los coches a la puerta de los negocios. Este emprendedor había solicitado que se delimitara delante de su negocio la zona, como ya se hizo, pero reclama que se amplíe. El concejal de zona reconoce el esfuerzo realizado desde el área de Policía y Seguridad Ciudadana que tramitan con especial agilidad los expedientes que se refieren a las zonas de carga y descarga para ayudar a los vecinos porque “saben que estamos en obras”.

Modas Dulmag

El concejal accede a sacarse una foto en el centro de la avenida que están en obras para este reportaje y, cuando retoma su ruta por los negocios damnificados por los trabajos a punto estuvo de producirle un incendio en la zona, porque acude a Modas Dulmag, precisamente el último negocio que visitó la semana pasada, cuando no le dio tiempo de llegar hasta la parte alta de la avenida Venezuela, algo que al parecer despertó el malestar de los comerciantes de arriba. “Yo ya te llamo, pero vete para allí que ellos también quieren hablar contigo”, le dijo la propietaria quien en tres minutos le reiteró sus demandas: “la zona de carga y descarga, la ampliación del horario que se permite para que coincida con la apertura del negocio y que pase más la policía por la zona porque ahí estacionan los coches y le impiden a los clientes que puedan venir a comprar”. Antes de despedirlo, le deja una reflexión que parece una puntilla: “Yo no lo que sé es por qué esto no lo hicieron como la obra de Imeldo Serís”; se refiere por fases.

Autoescuela Guanche

De ruta hacia la parte alta de la avenida Venezuela, Carlos Tarife se presenta en la Autoescuela Guanche. Allí, Tamara admite que “no hemos tocado el descenso de ingresos; no es igual que antes, pero se mantiene el ritmo”, para añadir: “Tal vez nos tiramos las piedras unos a otros”. En su caso, está satisfecha porque las dos plazas reservadas delante de la autoescuela se trasladaron a la esquina superior y están operativas. En su caso, cree que las obras van a buen ritmo, en contra de la opinión generalizada de otros comerciantes.

Bar Terraza

Llegamos al Bar Terraza cuando desayuna un grupo de vecinos de la zona. Primero el trabajo, y después el refrigerio; parece ser la máxima del concejal que entra y saluda a la propietaria del negocio, Yaiza Gómez, que ya le adelanta que “antes bajaban coches y motos por la zona, y muchos hacían un parón y aprovechaban para desayunar en contra de lo que ocurre ahora. “Nos salva que somos un negocio muy familiar y que sigue viniendo la clientela de la zona”. En la conversación, Yaiza pide que cuiden el nuevo pavimento de las aceras, para referirse a un rebaje próximo que ha acabado desgastado, lo que ha provocado más de una caída de los vecinos. “La esquina está muy pulida”, precisa, mientras desde la barra afirma su pareja, Joaquín Bejines: “Está claro que todas las obras son para mejor, pero hacer esto ahora con la pandemia...”. “Esta es una de las vías más transitadas de Tenerife”, destaca.

Consultorio Médico Habana

El concejal de zona tarda más entrar que en salir del Consultorio Médico Habana, donde se realizan los reconocimientos para sacar o renovar el carné de conducir, no en balde está a escasos pocos metros de la autoescuela. “Aquí vengo yo cuando renuevo el carné”, busca la complicidad Tarife. En su breve conversación, los titulares del consultorio admiten el bajón de los beneficios, que se suman las pérdidas que arrastras por el confinamiento, aunque comprenden que las obras son necesarias.

Deportes Salud

Siguiente parada: Deportes Salud. Recibe al concejal Beny García, un terremoto de dependienta que comenzó cantando las cuarenta a Tarife, le vendió su proyecto de aparcamientos reservados y de cuatro plazas de nueva creación y la recuperación para el estacionamiento del entorno de la plaza de la iglesia y, de paso, les vendió dos pares de tenis a la directora de la zona y al concejal de zona. Beny fue contundente: “Se han cargado la campaña de Navidad”; “aquí las ventas nos han bajado un 40 por ciento”.

Estanco Maite.

El concejal sigue su ruta y nos independizamos de su recorrido. En la acera de enfrente a Deportes Salud se localiza el Estado Maite, que regenta desde hace dos años Evelio Perera. “Hasta entonces lo tenía mi madre (María de la Cruz Aparicio), que era ama de casa y estuvo quince años trabajando para tener su pensión”, cuenta.

“Ya no hay clientes de paso, lo que ha provocado que las ventas hayan caído entre un 35 y un 40%. Y encima las obras no caminan porque faltan personas y máquinas. Dicen que van a acabar en ocho meses”, apunta, dejando entrever que cuestiona los plazos. “Yo abro a las seis y media y ve el ritmo; hay un grupito de trabajadores allí y una máquina, pero nada más”, señala desde la puerta del negocio. “Parece mentira que hagan ahora esto. Muchos comercios estuvieron cerrados durante cinco meses con la pandemia y ahora viene la obra. El concejal viene y da la cara, pero las pérdidas son las que son. Hasta una peluquería se mudó a otro sitio cuando supo de los trabajos”.

Frutería Cande.

En la esquina de enfrente, Evely Bejarano, que regenta su frutería desde hace tres años y medio, aunque este negocio lleva en la zona desde hace quince años. “La pandemia nos fue bien, luego hubo un bajón y cuando parecía que iba remontando... hacen estas obras”, se lamenta. “Nos han caído mal”, añade, también por la falta de aparcamientos en la zona. “El concejal viene y nos escucha; se agradece pero... ¿y qué hacemos ahora?”. Respecto a la excavación, admite que ella ve poco movimiento.

Carnicería Charcutería Salud.

Pasada la una de la tarde, muchos negocios de la parte alta de la avenida Venezuela ya cierra. Ahí continúa abierto Antonio de la Rosa que ha acomodado los horarios de apertura de su negocia a las condiciones del barrio. “Abrimos de ocho a tres de la tarde, y luego nos dedicamos a servir la compra a domicilio, porque esto luego ya está todo muerto y se queda en una zona de bares y peluquería, la autoescuela y alguna zapatería o tienda de ropa”. Lamenta que ha perdido al “cliente de coche”, y encima el proveedor “se baja a traer una pieza de red y le llaman la atención”. “Estoy de acuerdo con mejorar, pero que no corten todo; para venir de Las Indias aquí hay que dar la vuelta completa”, afirma mientras prepara las compras con las que seguirá la jornada puerta a puerta. Hoy más.