Los vecinos de Anaga mantiene en el recuerdo las dos últimas riadas que afectó a la capital: la de mayor virulencia, que azotó la ciudad el 31 de marzo de 2002; la segunda, registrada el 30 de diciembre de 2008 y que en la familia Felipe queda marcada como el día que tuvieron que abandonar sus casas porque una piedra de la ladera cayó sobre el techo de una de ellos; y están agradecidos a la vida porque no se registraran víctimas mortales, si bien el suceso le obligó a abandonar sus casas. Fue el caso de Hipólito Pérez, Juan Castellano y los hermanos Teresa, Julián y Antonio Felipe Niebla.

A consecuencia de la caída de la piedra de la ladera sobre las cinco casas que se localizar en la calle avenida Andrés Vidal -antes conocida como de Los Pescaditos-, que se localiza a la salida de María Jiménez, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, en época del alcalde Miguel Zerolo, ordenó el realojo de las cinco familias en pisos de alquiler, una situación que se ha prolongado hasta la fecha, si bien en la actualidad son tres los titulares de los alquileres: uno falleció y otra beneficiara decidió irse a vivir con una hija ante los incumplimientos del ayuntamiento a la hora de abonar su alquiler.

El 30 de diciembre se cumplen doce años del suceso y... el día 21 de enero Eva Castellano Felipe -hija de uno de los cinco propietarios afectados y que vivía empadronada con su padre, Juan Castellano Tejera- deberá entregar la casa que le alquiló la Corporación para aguarecerse a la espera de una solución a su situación que se demora desde entonces.

Eva nos recibe en su casa, en María Jiménez. Su jeribilla y jovialidad no impiden ver su preocupación ante la posibilidad de quedarse en la calle en enero porque su casera ya le confirmó que no le van a renovar el contrato, como le comunicó en tiempo y forma a través de un burofax. Ella reconoce hasta la paciencia que ha tenido la dueña de su piso porque el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife no se ha distinguido durante gran parte de este tiempo como buen pagador, "y está claro que la propietaria tiene una vivienda que alquila y necesita ese dinero; aunque no lo necesite, ese dinero es suyo". Hasta ahí, todo claro.

Pero Eva se ve indefensa. Impotente. "Los mismos papeles que he recibido yo los tiene también el ayuntamiento", asegura mientras muestra el burofax de la dueña y hasta un informe que elaboró la jefa del Servicio de Planificación, Organización y Régimen Interior emitido el 7 de agosto pasado en el que se resolvió -en el segundo semestre de este año- la prórroga del alquiler de su vivienda.

"Ya una tía mía tuvo que dejar mi casa porque el ayuntamiento no se la pagaba, pero yo no me voy a ir callada porque ellos (en referencia a los responsables municipales) adquirieron un compromiso de realojarnos a la espera de resolver la situación de la casa afectada por la caída de la piedra", se lamenta. "Luego, pides una audiencia y no te la dan", asegura, para referirse a que ha acudido a la concejala del Distrito de Anaga sin obtener respuesta, sino que "me ha facilitado unos números de teléfonos en Urbanismo y sigo sin que me solucionen la papeleta". "En estos 12 años tampoco me ha venido a ayudar nadie de la asociación de vecinos", precisa.

La concejala de Anaga confirma que remitió a la vecina al concejal de Urbanismo, área que a su vez dio traslado a Viviendas Municipales. Este departamento informó en la tarde de ayer que el objetivo es que nadie se vea afectado por un lanzamiento y se trabaja para articular soluciones, a la espera de ampliar datos la próxima semana.

Eva está desesperada. Alterna entre el café que le invita a la visita, mientras atiende a una tía que convive con ella y está recién operada y hace un alto para pasar por la habitación en la que está empaquetando sus pertenencias porque sabe que "o me voy el día 21 de enero y aquí vienen a echarme".

Con desconsuelo, recuerda el esfuerzo de su abuelo, cuando convirtió una casa en cinco viviendas que están inscritas en la Propiedad y por las que "hasta el otro día pagaba la contribución y tenían agua y luz", mientras espera la respuesta del ayuntamiento.