El sector de la hostelería de las Islas se enfrenta a uno de sus momentos más complicados. La irrupción de la pandemia del Covid-19, que supuso el cierre inicial de la actividad, y las restricciones establecidas tras su apertura le colocan en una situación en la que, según los responsables de los establecimientos, resulta inasumible adoptar más limitaciones.

El encargado del Grupo Gastronómico La Cuadra del Palmero, Hussein Mussa, entidad que cuenta con dos establecimientos en Santa Cruz de Tenerife y La Laguna, explica que, tras el estado de alarma, experimentan una lenta recuperación que les permitió recuperar a la plantilla del ERTE. Sin embargo, las últimas restricciones impuestas al sector desde el mes de agosto le colocan en una de las fases "más duras", por lo que asegura que un aumento de las limitaciones tendría un efecto nefasto para el sector y podría conllevar el cierre de negocios.

Añade que la reciente reducción, del número de personas por mesa y de horario se está traduciendo en descenso de la demanda y caída de la facturación en cerca del 40%. En este contexto, insiste, cualquier medida adicional tendría un efecto demoledor en el empleo de la hostelería e incrementaría la incertidumbre entre los clientes, con el consiguiente descenso de la afluencia.

La actual normativa ya está teniendo un efecto disuasorio entre el público. Matiza que en establecimientos en los que son habituales las reservas de grupos, como es su caso, se constata una reducción de público. Las limitaciones de horario conllevan un recorte del servicio en las horas de mayor demanda, reduciendo las sobremesas prolongadas. Además, las restricciones de horario de los locales de ocio tiene un efecto colateral a través del descenso de las cenas.

Por otro lado, Hussein Mussa destaca el proceso de cambio continuo que vive el sector para adaptarse a la nueva normativa y a las necesidades del cliente. Un ejemplo es la incorporación a su negocio, desde el mayo, del envío de comida a domicilio, un servicio que se consolida como alternativa para incrementar la actividad.

Conscientes de la importancia de garantizar la seguridad en los establecimientos, aclara que los nuevos requerimientos establecidos en limpieza y desinfección han supuesto un cambio en el procedimiento de atención a los clientes, con protocolos de actuación que limita el aforo de los locales.

Resalta el esfuerzo que hacen los establecimientos con inversiones adicionales en desinfección y seguridad que, aclara, gravan unas cuentas más que ajustadas.

En este sentido se pronuncia la encargada del Quiosco Plaza Militar de Santa Cruz de Tenerife, Livia Hernández, quien explica que la apuesta por garantizar la seguridad exige una inversión adicional en un momento complicado, marcado por un descenso de afluencia de público del 50%. Cifra que atribuye a las limitaciones de aforo y horario y al comportamiento de la población, que reduce sus salidas, pese a ser un negocio que se ubica en un espacio exterior.

Admite que, aunque recupera de forma escalonada la práctica totalidad del empleo, el negocio se encuentra en una "situación mantenida". Los desayunos de los clientes que trabajan en las inmediaciones se han convertido en el principal impulso de una actividad que se ha visto mermada, en especial en los servicios que se prestan por la tarde. Asimismo, insiste en que los continuos cambios que se están viviendo generan incertidumbre, con la sombra permanente de la pérdida de empleo en caso de que se endurezcan las restricciones que, explica, puede afectar al aforo y poner en números rojos el negocio.