Los vecinos de Llano Alegre disfrutan desde ayer de la renovada cancha deportiva, un oasis azul cerca de la autopista del Norte en sentido descendente. Carmen, una de las vecinas que acudieron a ver a las autoridades cuando ya se habían marchado, recordó que estas instalaciones fueron rehabilitadas a final del mandato anterior del alcalde Bermúdez. Parece tener menos fe que los políticos en esta inversión: "No la habría rehabilitado de nuevo".

Junto al concejal de Viviendas Municipales, el nacionalista Juan José Martínez, acudieron el gerente y también el jefe de obras, que explicaron que esta actuación de mejora se incluye dentro de los 20 polideportivos del programa Haciendo Barrios que salió adelante en el mandato anterior gracias al consejero insular Leopoldo Benjumea. "Se ha mejorado no solo el pavimento de la cancha, pintado en azul, sino que también se ha intervenido en los muros tanto interiores como exteriores, habilitándose un pequeño jardín por la parte superior. Lo más complejo ha sido el trabajo en altura, lo que ha permitido dar un curso al personal para instalar las redes de protección después de que se retiraran las vallas metálicas y rígidas que estaban antes", añadieron.

La vecina celebró la mejora de la instalación deportiva, pero reclamó dinamizar el barrio, que este espacio no solo fuera para jugar al fútbol o al baloncesto, sino que se instalaran piscinas plásticas e hinchables. Elogió que arreglaran el jardín exterior de la parte alta; "la pena es que luego no lo riegan", añadió mientras cuestionó la idoneidad de mejorar los vestuarios "cuando ya sabemos aquí que luego vienen y los ocupan. Ahí el alcalde dijo que iban a poner aparatos de calistenia". También se refirió a la parcela que queda entre las viviendas en las canchas, y pide al ayuntamiento que quite la gravilla y mejore el firme, "y haga algo ahí, por lo menos que lo acondicione", precisó.

La comitiva municipal llamó a Vicente Alonso Pérez, que no descarta formar una asociación de vecinos, a lo que Carmen advirtió que es muy difícil poner de acuerdo a la gente y sacar una "comunidad de vecinos". Vicente se mostró como uno de los residentes en el lugar. Él tenía un rebaño de ovejas en Santa María del Mar cuando le ofrecieron una casa en Llano Alegre, hace más de veinte años. "La única condición que me puso el ayuntamiento fue que dejara a los animales", añadió.

Vicente recuerda que le dieron las llaves del piso. "Cuando llegué y vi la vivienda con cuatro habitaciones y dos baños... ni me lo pensé. Cogí y vendí las treinta cabras; y con el 1.200.000 pesetas que me dieron lo invertí todo en preparar mi casa". Este veterano de Llano Alegre recuerda que, antes de que existiera el barrio, Antonio el Carpintero cerró una parcela, donde está el local "donde están Las Mascaritas". "También lo dio para que se instalara una ermita, y ya está colocada", dijo en referencia en una hornacina al jardín que está a la entrada de la cancha deportiva, que incluye una pequeña imagen de la Virgen de Candelaria; se refiere así a donde ensaya la murga femenina Ni Muchas-Ni Pocas. "Esto era para el barrio".

También pidió al concejal de Viviendas Municipales que arreglen los jardines, porque "se niegan a regar la entrada de las canchas. A ver si el ayuntamiento hace algo y da vida al barrio", pidió.