Aunque no corrieron la mayoría del trayecto, los pequeños Álvaro y Óscar fueron el motor de su padre, Fernando García, quien junto a su compañero de carreras Javier Botrán hizo realidad el proyecto que ambos idearon en pleno confinamiento: una ultra trail

La prueba constó de dos partes: la primera, referida a los preparativos tanto del trayecto como de la recogida de comida en los puntos que habilitaron. Ayer, Letizia, bajo la vieja e histórica marquesina del puerto chicharrero y mientras esperaba a su esposo, Fernando, recordó que hasta acudieron con su vehículo recorriendo los gimnasios de sus amigos que sirvieron de punto de recogida para entregar los alimentos, que previamente habían sido clasificados. Nelson Concepción, de la ONG Sonrisas del Suroeste, elogió la entrega y la colaboración: "Ellos han sido quienes han querido realizar el trabajo y, de forma modélica, nos lo han entregado clasificado, lo que permite dar mayor agilidad al reparto que comenzamos el martes. Nunca había visto los locales vacíos, porque en agosto estuvo cerrado el Banco de Alimentos, y cuando vi todo lo que han aportado... me ha emocionado. No pude evitar las lágrimas cuando vi alimentos sin gluten, porque tenemos familias que precisan de esa alimentación determinada y no se suele recoger", añadió.

La propia Letizia recordaba ayer que cuando Fernando y Javier proyectaron el Reto Covid-19 de la solidaridad les pareció presuntuoso el objetivo de recoger alimentos, y temían hacer aguas. ¿Cuántos alimentos reuniremos? ¿Tres, cuatro bolsas...? Se preguntaron. Al final, el resultado no solo multiplica con creces esta cifra sino que han ejercicio un apostolado de la solidaridad que ha dado el salto del Reto Covid-19 a Gran Canaria -donde curiosamente se celebró el fin de semana pasado antes que en Tenerife, donde se ideó por primera vez-, y en diciembre está previsto en Fuerteventura.

El retraso de la celebración del Reto Covid-19 en Tenerife obedece a la suspensión en los dos sábados anteriores en los que se convocó y que, finalmente, se aplazaron obligados por las altas temperaturas y se desaconsejaba incluso el paso por los montes. Quizás por este motivo, y por todo el protocolo Covid-19, la prueba se desarrolló sin la certeza de que salía a las diez de la mañana del sábado.

Contratiempo en la salida. Ya para llegar al Faro de Punta Teno, primer contratiempo, y eso que contrastó con la dedicación, cariño y entrega que mostró el Ayuntamiento de Buenavista del Norte, una de las pocas corporaciones municipales que respondieron a los correos electrónicos que les remitieron Fernando y Javier para hacerles saber de la experiencia y recabar su colaboración. En el caso de la Corporación local de Buenavista, se volcaron, incluso siendo de los pocos que realizaron donaciones de alimentos.

Pero cuando fueron a salir, poco antes de las 10:00 horas del sábado, se encontraron con la negativa del director del Parque Rural de Teno a levantar la barrera que facilitara el paso a los vehículos de los corredores y sus familias y al coche de avituallamiento, por lo que hasta la mujer y los hijos de Fernando tuvieron que ir en la guagua para asistir a la salida.

A las diez de la mañana comenzaba el Reto Covid-19 de Tenerife, que los llevó hasta Teno Alto, en uno de los momentos más duros por lo escarpado del terreno, para seguir por la cumbre Bohío hasta los altos de Santiago del Teide y el mirador de Samara.

Precisamente en este lugar fue uno de los momentos más emotivos porque, a la altura del mirador del Baracán, se incorporó por sorpresa Nacho García del Castillo sobre las 13:30 horas del sábado; se trataba de uno de los dos corredores que hicieron suyo el Reto Covid-19 y lo organizaron en Gran Canaria, donde se celebró el sábado pasado. En la Isla Redonda el trayecto se realizó durante 156 kilómetros y el recorrido unió los tres faros singulares. Lo realizaron Nacho del Castillo y el tinerfeño Iván Galván, que contaron con su espaldarazo afectivo y de ánimo cuando Fernando García, a las doce y media de la noche, se sumó a la experiencia a la altura de Tejeda.

Especialmente emotivo fue el momento en el que entre los dos corredores tinerfeños se colocó desde atrás Nacho García del Castillo, un madrileño de cuna y chicharrero de adopción ya que está casado con una tinerfeña. Esta compañía que supuso un espaldarazo de ánimo se prolongó hasta la llegada a El Portillo.

Fue un trayecto intenso. Con kilómetros en los gemelos tuvieron que sortear otro momento intenso: el tramo de Samara a Pico Viejo, por las altas temperaturas. Pero se trataba de una prueba solidaria, y afrontaron el tramo hasta La Rambleta. El Teleférico del Teide estaba cerrado por el viento y había que dar avituallamiento, por lo que el equipo de apoyo tuvo que hacer su particular prueba solidaria para llegar hasta La Rambleta. Y desde ahí, al Centro de Visitantes de El Portillo, la Caldera de La Orotava, El Diablillo y la pista de El Rayo, en La Esperanza, para seguir a la Cruz Chica y la montaña de El Púlpito, en la zona de Mesa Mota, y entrar en La Laguna, donde también tuvieron un avituallamiento en la zona de los juzgados para enfilar los tramos finales: la entrada a Santa Cruz por Valle Tabares hasta la Farola del Mar.

Inicialmente se habían anunciado 120 kilómetros y al final se realizaron 130; también la llegada a la Farola del Mar estaba prevista entre las cuatro y las seis de la tarde de ayer y finalmente se adelantó a las dos de la tarde.

Precisamente para preparar al puerto chicharrero estaba el propio Nacho García del Castillo, así como Miguel Sánchez, presidente del club Koala Team, que también desarrolló el Reto Covid-19 en Gran Canaria, arropando a Letizia y Tere, las parejas de los corredores y que han colaborado en la tramoya previa.

La negativa de Puertos a instalar una carpa o arco para el momento de la llegada de los dos corredores no amilanó a la organización, que, junto a la Farola del Mar, el punto de llegada, se encontraron con la refrescante marquesina del Puerto, especialmente cuando la espera comenzaba a prolongarse bajo un sol de justicia.

Se anunció la llegada de Fernando y Javier a siete kilómetros, que se hizo de rogar para tomar resuello ante de la recta final. No faltó la anécdota: la redactora del programa Noveleros se entregaba para preparar una pieza para el programa de la Televisión Autonómica falseando un pasillo formado por amigos y familiares de los corredores cuando alguien gritó: "¡Que vienen!", señalando a dos corredores que pasaban por la avenida de Anaga y que, al acercarse la comitiva, descubrió la coincidencia solo en el vestuario. Pero amenizó una espera emocionante, a pesar de que los protocolos sanitarios impedían abrazos, por lo que Fernando, al llegar, se limitó a chocar la mano de sus hijos para acabar fundido en un abrazo con su compañero de carrera, Javier, a los pies de la Farola del Mar, su conviviente las últimas 28 horas, con brindis incluido.

El Reto Covid-19 tendrá al menos una tercera experiencia que se prevé el 12 de diciembre en Fuerteventura, promovido por Eliazar Castillo, un paso más en el sueño de Fernando García: que esta experiencia se desarrolle en todas las islas del Archipiélago e incluso se pueda repetir cada año.