Las obras de rehabilitación del parque Las Indias, junto a la avenida de Venezuela, concluirá en enero próximo, tres meses después de los plazos previstos cuando se puso en marcha esta obra que se comenzó a aprobó hace un año y medio.

Tanto el concejal de Infraestructuras, Dámaso Arteaga, como el representante de la empresa que ejecuta los trabajos confirmaron que la demora en la entrega del parque rehabilitado se debe a la incidencia del confinamiento que provocó el estado de alarma decretado por el Covid-19 y, en especial, los problemas que se ha encontrado la contrata para afrontar el acopio de los materiales, en su mayoría prefabricados.

La arquitecta también precisó que, después de que se comenzaran los trabajos de mejora, se registraron algunas incidencias en los formados que obligaron a hacer unas mejoras para garantizar la calidad de la terminación.

Así quedó de manifiesto en la visita de obra que realizaron ayer el alcalde de la capital, José Manuel Bermúdez, en compañía del responsable del área de Infraestructura, la coordinadora del distrito Salud-La Salle, Marta Vela; la arquitecta y el representante de la empresa que ejecuta los trabajo.

"Se trata de una infraestructura muy importante para esta zona que comprende el barrio de La Salud, la zona de El Perú y Las Indias porque desahoga la actividad de esparcimiento y ocio de los vecinos del lugar", explicó el regidor municipal, que recordó que esta actuación se puso en marcha durante el mandato anterior.

Además de los retrasos motivados por el Covid, José Manuel Bermúdez recordó la complejidad que supone simultanear la rehabilitación del parque de Las Indias sin que se haya cerrado en su totalidad al disfrute de los vecinos, sino que la mejora se ha ejecutado por zonas. La rehabilitación tiene un coste de 2,2 millones de euros y plantea un uso diferenciado para cada una de las cinco terrazas que se localizan en la zona más próxima a la calle de Los Rumberos, desde un kiosco con un área infantil con sus módulos -en una zona iluminada-, hasta un área con unas mesas para quien desee jugar al pin pon o al dómino. Son los dos extremos que se localizan en los cinco niveles cuyos usos estarán realizados con los grafitis que encargará el ayuntamiento. "Hay una ley no escrita entre los grafiteros, que es respetarse el trabajo entre ellos", dijo el alcalde. Y ese es el objetivo que se ha trazado la Corporación quizás bajo la máxima de... "si no puedes con ellos, únete". Cabe recordar las numerosas pintadas sin orden ni concierto que incluso llegaron a tomar en antiguo kiosco. Estos gratifis adornará un acabado de hormigón que se alternan con otra superficie en relieve que servirán de separadores.

También se procederá a la construcción de los nuevos paseos peatonales para adaptarlos a la normativa de accesibilidad.