Desde el pasado viernes, los usuarios fumadores del Parque Marítimo César Manrique de la capital tinerfeña alternan entre la hamaca, la piscina y el exterior de las instalaciones, donde se refugian para echar unas caladas.

La dirección de estas instalaciones, bajo la coordinación política de Alfonso Cabello -desde el pasado 13 de julio- y la gestión técnica de Daniel Cañibano -en la gerencia desde hace seis años y medio-, han aplicado las medidas sanitarias oportunas para que ocio y seguridad caminen de la mano, aún a costa de menos aforo.

Las fuentes consultadas explican que el Marítimo -como se refieren a él los más jóvenes- registra estos días una ocupación de entre 1.800 y 1.900 personas, si bien el aforo máximo que tiene calculado la gerencia con las medidas de distanciamiento social es de 2.100 usuarios a la vez. En realidad, con los datos en la mano, la gerencia del Parque podría incluso permitir una ocupación máxima de 2.600 vecinos y visitantes, pero prefiere garantizar la seguridad, aunque sea a costa de menos usuarios.

Desde que se permitió la apertura de las instalaciones, tras el estado de alarma, ya se estableció el distanciamiento y la continua seguridad de la que se encarga Lolo, el hombre de Añaza que con el paño y el desinfectante está pendiente de garantizar que todo esté en perfectas condiciones según un usuario deja la hamaca, y antes de que la ocupe el siguiente.

A las medidas sanitarias, el Parque Marítimo sumó el pasado viernes la prohibición de fumar en el interior de las instalaciones. "Al principio, la decisión encontró la reserva de algunos habituales de las instalaciones, pero rápidamente se han acostumbrado y con muchas las personas que agradecen que, por seguridad, no se fume en el interior del Marítimo", explican.

Así se enciente que durante una visita al parque se encuentren a varias personas fumando con la mascarilla debajo de la barbilla, el bañador mojado y las cholas de playa. Es solo un paréntesis para volver al entrar a darse un nuevo chapuzón y seguir disfrutando de las piscinas que ideó César Manrique para la capital.

Dentro del Parque, los usuarios saben que también se ha intensificado el uso de la mascarilla. Desde el pasado viernes también se insiste en los usuarios de las instalaciones de que siempre que se mueven al baño o van al bar o a saludar a alguna persona, tienen que hacer uso de la mascarilla. Mientras se toma el sol no tienen que hacer uso de dicha protección, ni tampoco cuando van a la piscina, pero sí entre los trayectos interiores, explican las fuentes consultadas, que garantizar en todo momento la separación interpersonal entre las hamacas.

Como viene ocurriendo desde que el Marítimo reabrió tras el estado de alarma, se ha establecido un solo precio en la entrada, ya que se oferta de forma conjunta con la hamaca, salvo en el caso de los menos de seis años. "Entendemos que los niños pequeños no están quietos en el parque y cuando vienen de la piscina usan la hamaca de sus padres", añaden.

Todas las localidades se adquieren por internet y los interesados se pueden acoger a una amplia oferta a la medida de diferentes perfiles. Más allá de los cinco euros que cuesta la entrada y hamaca, se fijan precios según sector de población para que todos puedan disfrutar de estas instalaciones.