El alcalde de la capital tinerfeña, José Manuel Bermúdez, y el concejal del distrito Suroeste, Javier Rivero, hicieron ayer una aproximación a la vida escolar según el protocolo Covid-19 en la visita que realizaron al campamentos de verano que se desarrolla desde principio de agosto en el Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) de Tíncer; es una de las tres actividades de estas características que se desarrollan, junto al Suroeste, en los distritos de Ofra-Costa Sur y Salud-La Salle. "Ellos son los alumnos aventajados del próximo curso, porque ya se están acostumbrados a los protocolos sanitarios como el uso de la mascarilla, la distancia de seguridad o las aula burbuja", le explicó el responsable del Suroeste al regidor municipal.

Una monitora corroboró las explicaciones de Javier Rivero, que incidió en la necesidad de que los niños adquieran estos hábitos, mostrando en las aulas la separación que existen entre los participantes o ahondando en la puesta en marcha de las aulas burbujas, un término que engloba al grupo de trabajo que se desarrolla con los mismos niños y un animador para limitar el riesgo del contagio.

El alcalde no ocultó su preocupación cuando el curso escolar se ponga en marcha en septiembre; de hecho, "los directores de los colegios fue uno de los primeros colectivos con los que nos reunimos cuando ni siquiera la Consejería de Educación tenía el protocolo sobre el inicio de las clases. Desde la Corporación no se van a escatimar gastos y garantizaremos todos los medios, desde geles, a desinfectantes, señalética. Estamos dispuestos a lo que haga falta por la seguridad de los niños y niñas".

La gran diferencia es que en el campamento de verano hay 40 niños y el CEIP Tíncer tiene 170 alumnos matriculados; corresponde ahora a los directores de centros la organización para poner en marcha el nuevo curso.