Los dirigentes vecinales de Unión de La Gallega y El Humilladero, Domingo Chávez, Antonio Samarín y Aryday Martínez, no ocultan su decepción porque de los cuatro proyectos que plantearon a los presupuestos participativos, solo les han admitido uno, que todavía deberá pasar el último: ser elegido por los vecinos, en este caso, del Suroeste, ya que a cada distrito se designan 200.000 euros para invertir en actuaciones que planteen los residentes.

Domingo, Antonio y Aryday lamentan que haya tenido más aceptado con su propuesta para un parque canino que para actuaciones que beneficiarán a los propios vecinos, tales como un circuito para monopatines en el parque Santa Catalina, la recogida de unos pluviales o la construcción de unas aceras cerca de El Pilarito.

Tampoco entiende Aryday la diferencia que existen entre los parques caninos: a uno se destinan 7.000 euros y a otro, 71.000.

Domingo Chávez, líder de la Unión de La Gallega, muestra su preocupación porque haya caído en saco roto la solución para los pluviales en la calle Siempreviva, que contrasta con la canalización en la avenida Cercado Corazón. "Cuando llueva la zona quedará anegada porque es insuficiente la respuesta que se da a los pluviales". Antonio Samarín insiste en una demanda histórica: un tramo de aceras desde el final de la avenida de Los Majuelos hasta cerca la zona de la Cruz del Llano, cerca del barrio de El Pilarito. "Ahora todavía se puede caminar en el margen izquierdo, según se baja, pero cuando está tomado por la vegetación o cuando llueve y está anegado, es impracticable porque está tomado por el barro, y la gente se echa a caminar por la calzada de los vehículos, es un peligro enorme", advierte el alma mater de la asociación de El Humilladero.

Para Domingo Chávez, "los presupuestos participativos son una tómbola y nosotros no nos vamos a prestar, porque defendemos las necesidades de los vecinos, que son urgente y de vida o muerte". Y pone un ejemplo: en la anterior convocatoria se incluyó una barandilla para garantizar la seguridad de los vecinos entre la carretera y una cancha deportiva. Domingo muestra un papel: "Aquí presupuestaron 16.000 euros y luego se gastaron unos 4.500. ¿Y el resto del dinero dónde fue?", asegura mientras señala para la zona. En su paseo por el barrio de La Gallega, el dirigente vecinal se ve sorprendido por la desaparición de caucho que protege el suelo, mientras unas vallas impiden el acceso al área infantil que se localiza en el llamado parque de La Hoya. Hasta que no lo repongan, los niños de esta zona ya no tienen donde ir a jugar, aseguran estos dirigentes, porque también está levantado el parque para niños de Santa Catalina.

De paseo por la avenida, los representantes vecinales rompen una lanza por el concejal de zona, Javier Rivero, quien a los tres días de llegar al cargo, mandó una cuadrilla para podar todos los arbustos y limpiar a fondo la avenida de Los Majuelos. "La verdad que tienen adecentada la zona", admiten. Lamentan que las solicitudes que han realizado no han encontrado respuesta. "Mucho caminamos por aquí con Evelyn Alonso", apostilla Antonio Samarín. Al llegar al semáforo que está junto al Hiperdino, invita al visitante a descubrir para qué sirve. Los coches solo discurren de arriba hacia abajo y ningún vehículo interrumpe la circulación. "¿Para qué quieren el semáforo ahí?", se preguntan a la espera de que algún día supriman este sistema que esta operativo aunque no tiene tráfico que regular; "otra cosa es que ponga un pulsador para que pasen los peatones".

Los vecinos sí reclaman en la avenida que se permita el cambio de sentido sin necesidad de que el conductor tenga que realizar la maniobra en una de las tres rotondas que hay en Los Majuelos. "Algo sencillo de arreglar permitiendo el giro", añaden, pero hoy sienten que la comprensión que mostraron los políticos cuando visitaron esta zona del Suroeste como candidatos brilla por su ausencia.

"En toda la ciudad la limitada la circulación a 50 kilómetros por hora, y aquí sin embargo no puedes superar los 40; eso sin olvidar que un día sí y otro también se instala aquí el radar para controlar la velocidad". "Aquí haría falta redactar un plan de accesibilidad para suprimir los postes que interrumpen las aceras", añade Antonio.