Luján González Izquierdo (Taganana, 1965) no se reconoce un nostálgico cuando defiende a su pueblo natal que celebra mañana su festividad, el día de la Virgen de las Nieves. Lamenta el despoblamiento de Taganana, nombre que recuerda que significa valle rodeado de montañas, precisamente una de las claves del éxodo de vecinos a Santa Cruz: 24 kilómetros separan a la localidad que primero tuvo alcalde real y luego ayuntamiento constitucional, para convertirse en pedanía hasta 1967.

Presidente de la Asociación de Vecinos de la Voz del Valle y vocal del Centro Cultural de Anaga, recuerda que en Taganana están censados poco más de quinientos vecinos; aunque reales -"que vivan allí"- son menos. Entre final del siglo XIX y mediados del siglo XX, Taganana vivió su esplendor a cuanto población se refiere, con "mil y poco habitantes", asegura Luján. "Ahora mismo pertenecemos a la España despoblada aunque eso parece que solo ocurre en localidades de la Península".

Sin querer entrar en conflicto, habla de dos Santa Cruz. En realidad, una, porque no se identifica con la capital aunque forme parte de ella administrativamente porque "nos han hecho promesas que no han llegado o han llegado tarde". "No se ha tenido consideración con nosotros: ¿por qué tenemos que celebrar el día de la Cruz como fiesta municipal -más allá del significado religioso- y no el día de Las Nieves, que era la festividad de Taganana?", se resiste. "No nos hemos olvidado que Taganana no siempre perteneció a Santa Cruz y no es nostalgia reivindicar que fuimos municipio propio", asegura Luján González. "No nos sentimos identificados con Santa Cruz. Sí como capital de la Isla y el vínculo comercial. Como municipio al que pertenecemos... no nos queda más remedio que apechugar".

El presidente de la Asociación Voz del Valle mira con desconsuelo la evolución de pueblos de la Isla que tuvieron menos población y menos recursos económico que Taganana y se han desarrollado, caso de Arico, Tegueste o Los Silos. "Sabemos el problema que tenemos con la orografía, pero hoy en día un municipio pequeño, de montaña, recibe ayudas europeas, del Gobierno central, del Cabildo... que gestionaríamos nosotros pero no sabemos a nosotros quién lo gestiona. El ayuntamiento de Santa Cruz, durante todos estos años, nos ha puesto una valla, te arregla un camino... Pero llevamos cuarenta años esperando por un alcantarillado que no ha llegado".

Luján González lamenta que "en cuarenta años no haya existido en agricultura o ganadería una pequeñísima representación de alguien dentro del ayuntamiento que trabajara para defender la zona; ahora es cuando nos han dicho algo, cuando estamos en un coma profundo".

Entre las principales carencias de Taganana del siglo XXI, Luján González lamenta las malas comunicaciones y las carencias del transporte. "Tiene mala cobertura de móvil, depende dónde esté en el pueblo tiene más o menos y a veces tienes que ir pescando la rayita a ver si puedes hablar con alguien", añade, para recordar que todavía a esta fecha no se ha culminado el alcantarillado. "Necesitamos mejoras de las carreteras porque son un auténtico peligro. Hay zonas de curvas que se podían haber limado; otras donde los malecones (muros que acotan la carretera) en algún sitio están por estar y precisa más seguridad y vigilar los talud... Se precisa la limpieza de los barrancos para evitar incendios y correntías".

Recuerda el presidente de la asociación vecinal que "Taganana es una auténtica selva. Si vemos el entorno, no hay más masa forestal en el monte que los barranco y los aledaños del pueblo. Taganana está metida dentro de un bosque de palmeras, cañeras, orovales, vegetación de árboles frutales y huertas abandonadas, de casas viejas". Luján recuerda que Taganana "recupera vida" los fines de semana cuando la gente retorna al pueblo o en vacaciones; la diferencia está en la gente que está comprometida con la vida del pueblo y otros que no lo defiende. De ahí que el presidente vecinal no tema el regreso de la población, lo que lamenta es la falta de implicación. "Hay muchísimos tagananeros y tagananeras que viven en Santa Cruz, pero la falta de compromiso nos obliga a venir desde allá cuando aquí hay personas que podrían hacer esa gestión que muchas veces es solo representar; y sin embargo van a exigir. Es necesito que se implique para mantener el pueblo vivo".

Rebaja de impuestos

Luján González reconoce que Taganana vive gracias a que sus moradores trabajan fuera del pueblo. "Es una de las cosas que siempre hemos reivindicado. Que en Taganana se creen las condiciones para generar puestos de trabajo dentro. No entiendo por qué los bares, por ejemplo, pagan los mismos impuestos cuando un bar y una terracita de Taganana recibe en una semana la clientela que atiende un establecimiento similar de Santa Cruz en una hora".

"Si fuéramos ayuntamiento y municipio propio, las cosas cambiarían. Seguramente tendríamos un alcalde y unos concejales que no cobrarían y trabajar de forma altruista por el pueblo, como ocurre en pueblos similares de la Península. Entiendo que el alcalde de Santa Cruz, al ser una localidad grande, tiene que cobrar", añade. Luján González recuerda cuando existía el consejo vecinal en Taganana que se reunía con el alcalde para decidir; hasta la seguridad cree que la pueden desarrollar los vecinos de forma altruista. "¿Por qué no nos podemos convertir en un ayuntamiento ONG que trabaje por su pueblo?", se pregunta.

"Sabemos que estamos condenados a estar de la mano de Santa Cruz; será hasta que desaparezca por completo Taganana y su gente no esté", analiza Luján. Cuando se le pregunta si no es un anacronismo pedir ahora la segregación, tira de naturaleza natural y ejemplifica: "Es como cuando quieres unir el agua y el aceite y es humanamente imposible; al final tienes que poner el agua en un sitio y el aceite en otro. Qué más quisiéramos los tagananeros que decir que estamos orgullosos de pertenecer al municipio más importante de Tenerife, al primer o segundo municipio de Canarias, a la cocapital del Archipiélago... Sería estupendo. Pero no lo podemos decir, porque para Santa Cruz no hemos sido ni el rincón donde se amontona la basura; no basta con decir que bonito es el paisaje y que agradable el paisanaje".

Luján González recuerda que Taganana vive una fiestas diferentes aunque con la intensidad de siempre. "Siempre hemos dicho que la festividad de las Nieves, si Taganana fuera un país, sería el día de nuestra fiesta nacional, y así llevamos celebrándolo desde más de cinco siglos".

"El día 3 de agosto es muy importante para los vecinos porque sería la salida de la Virgen del camarín; es la presentación al pueblo, cuando ve a la Virgen con la nueva ropa y la ropa de la fiesta; tal día como hoy era cuando saldría a las calles y el día 5 de agosto es el más importante: está marcado en los genes de todos los tagananeros porque es una vivencia que viene desde antiguo: representa la unidad del pueblo y cuando se reúnen las familias a comer y se le hacía sitio a los familiares cuando venían y abundaba la carne cabra, porque es la comida típica, junto a las peras, los duraznos y el vino de la zona, las papas... Todo tenía que ser productos de la tierra".