La capital tinerfeña celebró ayer la primera mesa de la accesibilidad en los dos últimos años, después de la suspensión de la convocatoria el pasado mes de febrero por la falta de intérprete de signos. La colaboración del Parlamento de Canarias facilitó el encuentro de una docena de representantes de todos los movimientos de colectivos discapacitados de la ciudad.

Tras la salutación del presidente de la Cámara, Gustavo Matos, que celebró este encuentro como un gesto de apertura a la sociedad -que suple la falta de un local amplio en Santa Cruz para reunir a un grupo amplio sin usar mascarillas y facilitar la lectura de los labios-, el nuevo concejal de Accesibilidad, el nacionalista Javier Rivero, dio cuenta de los proyectos para la supresión de barreras físicas.

Rivero informó que de los once proyectos en los que se ha trabajado para suprimir barreras arquitectónicas, cuentan con presupuesto y proyecto el CEIP Los Verodes, por valor de 236.950,02 euros; el Pabellón Ana Bautista, por 173.129,50 euros; la sede administrativa de Ofra, por 104.031,82 euros, y las oficinas del Grupo de Asistencia a la Mujer (Gramu) de la Policía local. Junto a estas intervenciones estaba previsto hacer accesible las dependencias del CEIP Tomé Cano, la Comisaría de Añaza, la UTS y la Oficina Descentralizada de Añaza, el solarium y acceso de Las Teresitas y realizar un itinerario peatonal de la ONCE hasta la parada Fundación del tranvía, proyectos que quedarán pendientes porque se recortó el presupuesto inicial.

Rivero prometió agilizar los cuatro proyectos y lograr la reserva en el presupuesto de este año.