"Este es un día muy especial para mí, pues retomo lo que había comenzado en el mandato pasado. Vuelvo a esta maravillosa casa y la verdad es que estoy muy orgullosa. Ahora toca trabajar por los santacruceros, por mejorar sus vidas, y lo haré con humildad y responsabilidad, con motivación y con profesionalidad. Espero dar lo mejor de mí". Estas fueron las primeras palabras de Evelyn Alonso, de Ciudadanos (Cs), antes de que tomara posesión como concejal en el pleno que el Ayuntamiento celebró ayer, en sustitución de Juan Ramón Lazcano, el exedil de Infraestructuras y Urbanismo que abandonó el Consistorio porque, según sus propias palabras, la situación era insostenible.

Eso sí, no quiso hablar de "mociones de censura". "No es el momento", apuntó. Sabía que no podía dar ninguna pista y que solo debía estar concentrada en el pleno y en su toma de posesión. Atendió amablemente a los medios de comunicación antes de entrar en la Casa de los Dragos, a pesar de que todas las preguntas intentaban averiguar cuáles serían sus pasos, si dar estabilidad al grupo de Gobierno, formado por el PSOE y Cs, y apoyado por Unidas Podemos desde la oposición, o devolver la Alcaldía al nacionalista José Manuel Bemúdez.

Estaba algo nerviosa y solo se tranquilizaba al mirar a sus compañeros. Evelyn Alonso llegó flanqueada por los más veteranos del partido, Enrique Rosales el que fue el portavoz del partido en Santa Cruz de Tenerife; Ciro Machado, candidato al Senado; Juan Antonio Molina y Alfredo Gómez, concejales de La Laguna; José Domingo Alonso, concejal de Icod de Los Vinos, y Juan Arturo San Gil, concejal en Santa Cruz de La Palma, entre miembros destacados de la sociedad civil, asociaciones y afiliados. Les agradeció públicamente que la hubiesen acompañado y estos le respondieron con intensos y cálidos aplausos, llamando la atención de todo aquel que pasaba en esos momentos por la calle de la sede del Ayuntamiento.

Cruzó la puerta sola. Cada uno de sus pasos y de sus gestos serían claves para intentar adivinar lo que ocurriría unas horas más tarde. La recibieron con los codos abiertos los concejales del grupo municipal de Coalición Canaria, y en concreto su presidente y exalcalde de la capital, José Manuel Bermúdez. Lo mismo hicieron los ediles del Partido Popular. En todo momento, Evelyn se sintió arropada por ellos.

Las pistas iban siendo cada vez más claras. Aún así, Bermúdez tampoco quiso hablar de moción de censura. "Lo importante ahora es el pleno y traemos propuestas muy interesantes, como la defensa de los trabajadores de Ansina y Cidemat. Lo que sí siempre he dicho es que el de Santa Cruz es un gobierno débil, apoyado en una minoría", apuntó. Por su parte, el portavoz del PP, Guillermo Díaz Guerra, fue algo más explícito. "Las mociones de censura existen, están ahí, y nosotros estamos dispuestos a hablar con todas las fuerzas políticas", dijo.

El acercamiento del grupo de Gobierno y de Unidas Podemos a Evelyn Alonso fue mucho más tímido y frío. Eso sí, su compañera de partido, Matilde Zambudio, aseguró ante los medios que estaba tranquila porque confiaba en la nueva edil, porque "la conozco y sé que es una mujer de partido, por lo que dará estabilidad al partido". Lo mismo dijo el portavoz del PSOE, José Ángel Martín, quien aseguró que "todo en el Ayuntamiento seguiría igual".

Pero nada más lejos de la realidad. Cuando Alonso, en la primera moción, dividió el voto de su formación para apoyar a Bermúdez, la alcaldesa, la socialista Patricia Hernández, que solo le había dado la bienvenida y deseado suerte, supo que ya no había vuelta atrás. Bermúdez sonreía, eso sí disimuladamente. Con solo con un gesto, la nueva edil se convirtió en la mujer que cambió sus caras. Y horas más tardes, también cambió la historia de Santa Cruz.