San Juan se quedó sin hogueras. La de anoche fue la primera gran festividad afectada por la nueva normalidad. Ni fuego, ni encuentros, ni celebraciones, ni playas. Por lo menos esta era la intención de los ayuntamientos de la Isla que prohibieron las hogueras en sus espacios públicos, así como del Cabildo, que las prohibió en las medianías. Y así parecía que iba a ser al cierre de esta edición. En la capital chicharrera se tuvieron que balizar, por parte de los servicios municipales, más de una veintena de hogueras que se habían preparado para ser encendidas, a pesar de la prohibición.

Asimismo, el Ayuntamiento chicharrero cerró el acceso a la playa de Las Teresitas a partir de las ocho de la noche. El dispositivo policial especial puesto en marcha por el área de Seguridad Ciudadana del Consistorio capitalino, que dirige el edil socialista Florentino Guzmán Plasencia, estuvo vigilando durante toda la noche que se cumpliera con el decreto municipal, con el que prohibieron las hogueras en los espacios públicos, incluidos playas y barrancos.

Únicamente estaban permitidas las hogueras realizadas en terrenos privados, pero "acreditando su titularidad, la figura de una persona responsable de las mismas y la inexistencia de riegos de propagación del fuego". Precisamente, sí se encendieron en distintos puntos de la Isla algunas hogueras en terrenos privados.

Por otra parte, en Santa Cruz de Tenerife, desde Valoriza, la empresa encargada del servicio municipal de limpieza y recogida de residuos, se procedió en los días anteriores a la noche de San Juan a la recogida de maderas y enseres acumulados en distintas zonas públicas del municipio, con el fin de que estos acabaran convertidos en hogueras. Con respecto a las hogueras que no dio tiempo de eliminar, ayer el Consistorio procedió a su balizamiento y a la vigilancia de las mismas para que no fueran encendidas.