Los propietarios de los ocho kioscos de Las Teresitas acordaron ayer solicitar tanto a la Dirección General de Costas como al Ayuntamiento de Santa Cruz un plazo de cuatro o cinco días para habilitar sus establecimientos y ponerlos en marcha, como les exige la Corporación.

Tras la inspección realizada ayer, la Alcaldía remitió a las tres de la tarde una resolución que les advierte de que su actividad es "totalmente imprescindible para los usuarios de la playa" y les anuncia de una nueva inspección que realizarán técnicos municipal para verificar si han reanudado el servicio y si se presta conforme a la concesión. Y precisa: "de no ser así y de no cumplirse las condiciones exigidas en la Autorización de la Dirección Provincial de Costas en los Pliegos de Cláusulas Administrativas y de Prescripciones técnicas que rigen la presente concesión, incurrirá en causa de resolución de la concesión con la correspondiente pérdida de la garantía y sin perjuicio de que le serán de aplicaciones las penalidades recogidas en la cláusula 28".

Tras la reunión de los kiosqueros celebraba en el mediodía de ayer, el presidente del colectivo, Juan José Fariña, recordó que hace tres semanas, cuando se comenzó a hablar de la reapertura de Las Teresitas dentro de la fase 1 de la desescalada, mantuvieron una reunión con la alcaldesa, a sabiendas que los puestos ocupan suelo de titularidad de Costa y la concesión es municipal.

A partir de ahí, los únicos contactos han sido con Urbanismo y Medio Ambiente y el jueves y viernes pasados se les obligó a abrir desde ayer. "Poner en marcha un kiosco precisa de entre 4 o 5 días para purgar motores, grifos y tener todo a punto". Solicitan que, al igual que han sido flexibles con el sector de la hostelería, puedan montar el 50% de las mesas autorizadas y en el lateral, el resto, sin molestar a los usuarios. El propietario de La Isla se muestra dispuesto a tirar la toalla, máxime ahora que han sectorizado la playa y su kiosco está dentro de la reserva de los mayores, y cree que el negocio no es viable.

Insisten en un almacén donde trabajadores puedan guardar su pertenencias y también custodiar el material higiénico para adaptarse al nuevo servicio.

Por su parte, el PP se reunió ayer con los kiosqueros, les agredeció la mejora del servicio y solicita al ayuntamiento que no lleve los negocios a una situación límite en plena crisis económica.