Una madre y una hija que se encuentran en una terraza de la calle San José tras dos meses sin verse; colas en el quiosco-cafetería de la plaza Weyler para poder ocupar una mesa; tiendas abiertas con carteles que indican cuáles son los requisitos sanitarios para poder acceder a las mismas; sonrisas escondidas tras las mascarillas y emociones compartidas entre empresarios y clientes; más tráfico y calles otra vez con vida. Así se despertó ayer Santa Cruz de Tenerife, en el inicio de la fase 1 de la desescalada hacia la nueva normalidad. Y aunque de momento solo ha abierto en la capital chicharrera en torno al 50% del sector comercial y al 30% del sector de la restauración, los negocios que ya lo han hecho, con horarios adaptados a la demanda, intentan mirar con optimismo al futuro, animando a los ciudadanos a que "consuman en los negocios locales sin miedo, porque estamos llevando a cabo todas las medidas sanitarias necesarias".

El secretario de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias (Fauca), Abbas Moujir, prevé que ya a lo largo de esta semana, Santa Cruz de Tenerife registre una apertura del 80% de los establecimientos que pueden ponerse en marcha en esta primera fase, que son los que tienen una superficie igual o menor a 400 metros cuadrados. "Es cierto que aún existe algo de incertidumbre en el sector, pues no sabemos cómo se va a comportar el consumidor ante esta nueva situación. Pero ya hoy se ve gente en la calle y negocios abiertos, por lo que debemos ser positivos. Queremos mandar un mensaje de tranquilidad y confianza a los ciudadanos, para que acudan tranquilos a los establecimientos. Debemos generar vida y economía, para que se mantengan los puestos de trabajo. Pedimos que se consuma producto local, canario", insiste Moujir.

El presidente de la Asociación de Empresarios Zona Centro, Bernard Lonis, también se muestra optimista, a pesar de que probablemente el año se cierre con un 50% de pérdidas, y señala que esta semana "será decisiva, pues aún hay comercios que se están organizando y preparando para la apertura" . Con respecto a los que ya lo han hecho, Lonis destaca que se están cumpliendo de manera estricta las exigencias sanitarias y las medidas de seguridad, "por lo que tanto clientes como empresarios podemos estar tranquilos".

Este aprovecha para destacar que los establecimientos de Santa Cruz siguen trabajando para la puesta en marcha también, y por primera vez, de una tienda "online". "Esta situación que hemos vivido nos ha hecho reflexionar y por eso queremos ir más allá. A partir del 22 de mayo, ya los clientes podrán comprar por internet e ir a buscar el pedido a las tiendas, beneficiándose de una tarjeta de fidelización. Y para después del verano, y antes de Navidad, tendremos el servicio a domicilio, que llegará a todas las Islas. Queremos agradecer la colaboración en este sentido de la Sociedad de Desarrollo del Ayuntamiento", resalta.

Con respecto al sector de la restauración, Lonis comenta que la situación es más complicada, "porque en esta primera fase abrirán los restaurantes que tengan terrazas, y no todos, porque con el aforo permitido, del 50%, a algunos no les es rentable". En este sentido también se manifiesta el presidente de la Asociación de Empresarios de la Avenida Marítima y de Anaga, Eduardo Morales, quien apunta que la mayoría de los restaurantes y bares-cafeterías de esta zona empezarán a ponerse en marcha a partir del miércoles, "pues estamos pendiente de que el Ayuntamiento nos pueda ampliar los espacios para las mesas y sillas, solicitud que tenemos que hacer cada uno de los negocios". "Desde el Consistorio nos han asegurado que una vez presentada la petición, la respuesta será rápida", añade.

Y mientras poco a poco, con prudencia pero con ganas, va despegando el sector empresarial en Santa Cruz de Tenerife, las calles de este municipio empiezan también a recuperar su vida a través del bullicio de los ciudadanos, que se han echado a la calle. Este lunes, fueron numerosas las personas que se animaron a sentarse en una terraza o acudir a una tienda a comprar, dando la bienvenida, con algo de miedo pero con ilusión a la denominada nueva normalidad. "Esta mañana abrimos a las seis de la mañana, de las ganas que teníamos de empezar y al poco tiempo llegó un señor, nuestro primer cliente, que con una sonrisa que le llenaba la cara nos dijo que por fin se podía sentar en una terraza, que no se lo creía. Fue muy emocionante". Así lo contó Emilia García, propietaria de la pastelería y heladería Ttouss.

Esta empresaria aseguró sentirse feliz. Insistió en que tenía muchísimas ganas de trabajar y de volver a ver sus clientes y a sus empleados. Indicó que para ella ha sido una auténtica sorpresa que "en este primer día de apertura haya venido tanta gente a sentarse en nuestra terraza". "Estoy contenta, pero lo estaré mucho más cuando podamos recuperarnos del todo y sacar del ERTE (expediente regulación temporal de empleo) al resto de trabajadores", apuntó.

En la Perfumería Dalia, también su encargada y las empleadas atienden con una ingente cantidad de cariño a sus clientes. "Teníamos tantas ganas de abrir las puertas. Pero tenemos que adaptarnos a esta nueva realidad porque todos debemos tener mucho cuidado para no dar un paso atrás", señaló Roselina Hernández, encargada de este establecimiento, ubicado en la céntrica calle Castillo.

En este negocio, como en todos los que abrieron ayer en Santa Cruz, se exige a los clientes lavarse las manos con gel antiséptico antes de entrar e, incluso, en algunos, se les obliga a desinfectarse los zapatos. Si se toca algún producto, las empleadas inmediatamente lo limpian. Camareros y dependientas van protegidos con guantes, mascarillas y pantallas. En las mesas de las terrazas no hay ni ceniceros ni servilleteros. En las tiendas de ropa, la prenda utilizada por un cliente se guarda para desinfectarla o para retirarla durante dos días. Las distancias tienen que respetarse y los aforos también. Santa Cruz de Tenerife ha vuelto a despertar, pero con precaución para evitar tener una nueva pesadilla.