Una madre y una hija que se encuentran en una terraza de la calle San José tras dos meses sin verse; colas en el quiosco-cafetería de la plaza Weyler para poder ocupar una mesa; tiendas abiertas con carteles que indican cuáles son los requisitos sanitarios para poder acceder a las mismas; sonrisas escondidas tras las mascarillas y emociones compartidas entre empresarios y clientes; y calles otra vez con vida. Así se despertó este lunes, 11 de mayo, Santa Cruz de Tenerife, en el inicio de la fase 1 de la desescalada hacia la nueva normalidad. Y aunque de momento solo ha abierto en la capital en torno al 50% del sector comercial y al 30% del sector de la restauración, los que ya lo han hecho, con horarios adaptados a la demanda, intentan mirar con optimismo al futuro, animando a los ciudadanos a que "consuman en los negocios locales sin miedo, porque estamos llevando a cabo todas las medidas sanitarias necesarias".

El secretario de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias (Fauca), Abbas Moujir, prevé que ya a lo largo de esta semana, la capital tinerfeña registre una apertura del 80% de los establecimientos que pueden ponerse en marcha en esta primera fase, que son los que tengan una superficie igual o menor a 400 metros cuadrados. "Es cierto que aún existe algo de incertidumbre en el sector, pues no sabemos cómo se va a comportar el consumidor en esta nueva situación. Pero ya hoy se ve gente en la calle y negocios abiertos, por lo que debemos ser positivos. Queremos mandar un mensaje de tranquilidad y confianza a los ciudadanos, para que acudan tranquilos a los negocios. Debemos generar vida y economía, para que se mantengan los puestos de trabajo. Pedimos que se consuma producto local, canario", insiste Moujir.

El presidente de la Asociación de Empresarios Zona Centro, Bernard Lonis, también se muestra optimista, a pesar de que probablemente el año se cierre con un 50% de pérdidas, y señala que esta semana "será decisiva, pues aún hay comercios que se están organizando y preparando para la apertura" . Con respecto a los que ya lo han hecho, Lonis destaca que se están cumpliendo de manera estricta las exigencias sanitarias y las medidas de seguridad, "por lo que tanto clientes como empresarios podemos estar tranquilos".

Con respecto al sector de la restauración, comenta que la situación es más complicada, "porque abrirán los restaurantes que tengan terrazas, y no todos, porque con el aforo permitido a algunos no les es rentable". En este sentido también se manifiesta el presidente de la Asociación de Empresarios de la Avenida Marítima y de Anaga, Eduardo Morales, quien apunta que la mayoría de los restaurantes y bares-cafeterías empezarán a ponerse en marcha a partir del miércoles, "pues estamos pendiente de que el Ayuntamiento nos pueda ampliar los espacios para las mesas y sillas, solicitud que tenemos que hacer cada uno de los negocios". "Desde el Consistorio nos han asegurado que una vez presentada la petición, la respuesta será rápida", añade.

Y mientras poco a poco va despegando el sector empresarial en Santa Cruz de Tenerife, las calles de este municipio empiezan también a recuperar su vida. Este lunes, fueron numerosas las personas que se animaron a sentarse en una terraza o acudir a una tienda a comprar. "Hemos estado hoy todo el día con la lágrima en el ojo, esto ha sido muy emocionante", cuenta María del Socorro Martín. Está sentada en una terraza de la calle San José con su hija, a la que no veía desde hace dos meses debido al confinamiento al que estaban obligados los ciudadanos por la crisis del coronavirus Covid 19. "Hoy también verá mi nieto de dos añitos. No sé cómo explicar lo que siento. Estoy tan feliz de poder ver a mi familia y también de poder volver a sentarme en una terraza. Hoy me he tomado tres cafés ya, es que no saben igual en casa que en la calle. Estoy disfrutando mucho. Ha amanecido otra vez en Santa Cruz", relata Martín.

A su hija, María José de la Torre, también le cuesta contener la emoción. Ella es doctora de Urgencias en el Hospital Uninversitario y asegura que está viviendo "este día de manera muy especial". "Hemos vivido una situación muy dura. En el hospital hemos trabajando en condiciones infrahumanas y hemos sido testigos de tanto dolor, que para mí este día es mágico. Pero, por favor, la gente tiene que tener mucho cuidado para que esto no se vuelva a repetir. Sí, hay que salir a la calle y consumir, pero con la máxima precaución", manifiesta esta vecina de la capital.

Emilia García también se siente feliz. Es propietaria de la pastelería y heladería Ttouss. Asegura que tenía muchísimas ganas de trabajar y de volver a ver a sus clientes. Indica que para ella ha sido una sorpresa que "en este primer día haya venido tanta gente a sentarse en nuestra terraza". "Estoy contenta, pero lo estaré mucho más cuando podamos recuperarnos del todo y sacar del ERTE (expediente regulación temporal de empleo) al resto de trabajadores", apunta.

En la Perfumería, Dalia también su encargada y las empleadas atienden con una ingente cantidad de cariño a sus clientes. "Teníamos tantas ganas de empezar, de trabajar y de volver a abrir nuestras puertas. Pero tenemos que adaptarnos a esta nueva realidad porque todos debemos tener mucho cuidado para no dar un paso atrás", señala Roselina Hernández, encargada de este establecimiento, ubicado en la céntrica calle Castillo. En este negocio, como en todos los que abrieron ayer en Santa Cruz, se exige a los clientes lavarse las manos con gel antiséptico antes de entrar e, incluso, en algunos, se les obliga a desinfectarse los zapatos. Si se toca algún producto, las empleadas inmediatamente lo limpian. Camareros y dependientas van protegidos con guantes, mascarillas y pantallas. En las mesas de las terrazas no hay ni ceniceros ni servilleteros. En las tiendas de ropa, la prenda utilizada por un cliente se guarda para desinfectarla o para retirarla durante dos días. Las distancias tienen que respetarse y los aforos también. Santa Cruz ha vuelto a despertar, pero con precaución para envitar una nueva pesadilla.