Disfruta recogiendo del suelo las hojas que han caído de los árboles. Le parecen maravillosas. Echaba tanto de menos todo lo que se encuentra más allá de las cuatro paredes de su casa. Pero lo que más anhelaba, dice la pequeña Elsa Burunat, de tan solo 5 años, era "ser libre". Por fin, cuenta Elsa, refiriéndose al coronavirus Covid 19, "el bichito malo nos deja salir y jugar en libertad". Su padre, Daniel García, se sorprende ante la respuesta de su hija y sonríe. "Es que ya estaba desesperada, soñaba con poder pisar la calle", indica. Elsa y su hermano Noah, de tres años, se encontraban ayer entre los miles de niños del municipio de Santa Cruz de Tenerife que, desde primera hora de la mañana, volvieron a llenar las calles, tras 40 días de confinamiento, de sonrisas, gritos y juegos, eso sí, respetando las normas establecidas por el Gobierno central. Y como en Santa Cruz, también la alegría de los más pequeños invadió al resto de municipios de la Isla.

La noche anterior, muchos ni siquiera pudieron dormir de la emoción. El presidente del Gobierno central, el socialista Pedro Sánchez, anunció la semana pasada que a partir del 27 de abril (ayer domingo) los niños menores de 14 años ya podrían salir a la calle para pasear. Apenas eran las nueve de la mañana y ya muchos pequeños se encontraban fuera de casa, tras obligar a sus padres a madrugar. Había llegado el gran día. Por ejemplo, en Santa Cruz de Tenerife, zonas como el Parque García Sanabria, la plaza de España o las Ramblas se llenaban otra vez de vida. Las pelotas, las bicicletas, los monopatines y los patinetes volvían a recorrer las vías chicharreras. La ciudad ha vuelto a escuchar el ruido de los niños.

"Mi hijo estaba mucho más nervioso que el día de los Reyes Magos. Ha sido increíble. Cuando salimos de casa, quería tocarlo todo, no ha parado de correr y de jugar con el monopatín. Todo le sorprendía. No se le borra la sonrisa de su cara", indica Cristina Fernández, vecina de la capital tinerfeña. Mateo, de solo cinco años, recorre el parque García Sanabria de punta a punta y asegura sentirse "muy contento". Su madre ya está agotada y apenas llevan 20 minutos en la calle. Él, sin embargo, no quiere volver a casa.

Pero Cristina le recuerda las normas y lo consuela indicándole que mañana volverán a salir otro "ratito". El Gobierno de Pedro Sánchez ha dado, con la autorización para que los niños puedan pasear, el primer paso hacia el desconfinamiento, pero se deben cumplir las condiciones establecidas para evitar contagios y para no poner en riesgo los logros conseguidos hasta ahora en la lucha contra la crisis sanitaria del coronavirus. El estado de alarma sigue vigente y por ello los paseos de los pequeños se tendrán que realizar acatando una serie de normas.

En primer lugar, la autorización para poder salir a pasear solo está dirigida a los menores de 14 años. Se benefician de esta medida en toda España 5,8 millones de niños, que son los que tienen edades comprendidas entre los 0 y 13 años. En Canarias, son 264.000; en Tenerife, más de 137.000, y, por ejemplo, en Santa Cruz, más de 19.000. Estos podrán pasear acompañados por un adulto que conviva con ellos o con un empleado de hogar con permiso. El paseo se tendrá que realizar en un radio de un kilómetro, por lo que los niños tendrán que conformarse con los espacios que se encuentren cerca de sus casas. El horario establecido es de nueve de la mañana hasta las nueve de la noche. Y solo se podrá realizar un paseo diario, cuya duración no podrá ser superior a una hora.

En las condiciones establecidas por el Estado se señala que no podrán desplazarse los niños que presenten síntomas, como fiebre, o que estén en aislamiento domiciliario debido a un diagnóstico por Covid 19, o que se encuentren en periodo de cuarentena domiciliaria por haber tenido contacto con alguna persona con síntomas o diagnosticado de coronavirus.

Para evitar el contagio durante los paseos, y según las medidas acordadas por el Gobierno central, estos deberán realizarse como máximo en grupos formados por un "adulto responsable" y hasta tres niños. Durante el paseo diario, se tendrá que mantener una distancia interpersonal con terceros de al menos dos metros. Se recomienda el uso de mascarillas y de guantes, y que los niños se laven las manos de forma frecuente.

Precisamente, ayer en Santa Cruz, numerosos menores recorrían las calles con mascarillas y algunos también lo hacían con guantes, aunque mostraban sus quejas ante sus padres porque se les caían, al quedarles demasiado largos. A los más pequeños les costaba más aguantar estos equipos de protección y pedían desesperadamente "ir a los columpios". Fue el caso de las hermanas Magdalena y Alejandra Aldea, de 5 y 3 años, a las que el recorrido por el parque García Sanabria les supo a poco y reclamaban a su madre acudir a la zona infantil de juegos. Alejandra Pérez fue otra de las madres que tuvo que explicar a sus hijos las condiciones de estos paseos.

El Gobierno ha prohibido, de momento, el acceso a espacios recreativos infantiles al aire libre, así como a instalaciones deportivas. Solo se puede circular por "cualquier vía o espacio de uso público, incluidos los espacios naturales y zonas verdes autorizadas, siempre que se respete el límite máximo de un kilómetro con respecto al domicilio donde resida el menor".

Los pequeños que viven en el centro de Santa Cruz han tenido la suerte de tener cerca de sus hogares el gran pulmón verde del citado distrito, el parque García Sanabria. Ayer, este emblemático espacio amanecía otra vez con niños jugando entre sus rincones. Samira Martínez, vecina de la capital tinerfeña, tiene entre sus brazos a su pequeña, Ángela Carcais, de 4 años. Las dos observan con atención a las ranas de la charca del parque, que parecen croar como nunca.

"Lo primero que me dijo Ángela esta mañana es que quería ver a las ranas. Está entusiasmadísima. Es como si por primera vez saliera a la calle. En estas dos últimas semanas ya no estaba durmiendo muy bien, se despertaba por la noche. Me alegro mucho de que por fin hayamos llegado a este punto para que los niños puedan pasean. Lo necesitan. Los perros estaban saliendo a la calle y los niños no, no era lógico. Y la verdad es que todos los pequeños se han comportado como héroes", comenta Martínez.

La pequeña Nur Fuentes, de dos años y medio, también se encuentra en la charca de las ranas. Su mamá, Noemí Suárez, cuenta que, a pesar de ser tan pequeña, ha entendido perfectamente el confinamiento. "No salíamos porque hay mucha gente malita", dice Nur con claridad. También apunta que está "muy feliz y contenta" porque ya puede volver al parque. Su madre la pasea por las zonas en las que hay menos niños, porque Nur estaría encantada de ir a jugar con ellos.

Aisha Martín tiene 3 años. Saborea un chupete mientras da vueltas con su pequeña bicicleta alrededor de la fuente central del parque García Sanabria. Su madre, Mara Frías, relata que no ha parado desde que se despertó. "Le costó dormirse anoche de la emoción que tenía, pues sabía que hoy podíamos salir a la calle. Para mi familia ha sido duro. Vivimos cuatro en casa, mi marido, mis dos hijos, de tres y seis años, y yo, en el barrio de El Toscal. No tenemos balcón ni terraza. Los niños estaban ya desesperados. Estamos hablando de más de 40 días encerrados. Deseamos que ya todo este acabe y que volvamos a la normalidad", comenta Frías. Aisha no para de sonreír y ha elegido el vestido que más le gusta para la ocasión. No para de correr y de abrazar a su madre. Tampoco ella quiere regresar a casa.

Varios coches de la Policía Local de Santa Cruz y motoristas de Protección Civil vigilan el parque, controlando que se cumplen las medidas sanitarias y las condiciones establecidas por el Gobierno central para el paseo. Los niños están viviendo con tanta emoción su primer día en la calle tras 40 de confinamiento, que ni se han dado cuenta de su presencia. Los hermanos Antonio y Diego Mira Fernández de Vega, de 7 y de 5 años, también recorren el García Sanabria, pero ellos lo hacen en bicicleta y con las mascarillas puestas. Cuentan que tenían muchas ganas de salir a la calle a jugar y de "coger nuestras bicis". Diego añade que también echa mucho de menos a sus amigos y desea poder verlos pronto.

Kalani, de tres años, corre detrás de las palomas y le pide a su madre que le coja una. Libertad Martín le explica que eso es imposible. "Está eufórico. Parece como si no hubiese salido nunca a la calle. Hoy está especialmente feliz, aunque no entendió mucho que no pudiésemos salir mamá y papá, los dos juntos, con él", manifiesta esta vecina de Santa Cruz.

Padres y niños no podían ocultar ayer su alegría ante el inicio del desconfinamiento, aunque los primeros mostraban su preocupación ante el hecho de que los colegios no vuelvan a abrir sus puertas este curso. "Tendremos que dejar de teletrabajar e incorporarnos a nuestras empresas, pero qué vamos a hacer con los niños si no hay colegio. Se tiene que buscar una solución", comenta Magdalena Pérez.

Pero el Gobierno central está centrado ahora en el siguiente paso hacia el desconfinamiento, que consiste en permitir la práctica del deporte y el paseo a partir del 2 de mayo, y en la preparación de un "plan de desescalada".