En sus comparecencias diarias como miembro del comité técnico del coronavirus, el general del Aire y Jefe de Estado Mayor de la Defensa, Miguel Villarroya, introduce sus intervenciones haciendo referencia a la Operación Balmis, desgranando así las actuaciones que llevan a cabo los militares en la lucha contra el Covid-19.

Esta denominación supone un reconocimiento a la que se llamó oficialmente Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, la de la viruela, que se desarrolló entre los años 1803 y 1806 y en la que por el entonces Puerto y Villa de Santa Cruz de Tenerife tuvo un relevante protagonismo.

Cuando en 1798 se dio a conocer la vacuna antivariólica por parte de su descubridor, Edward Jenner, el médico y cirujano militar español Francisco Javier de Balmis y Berenguer se convirtió en uno de sus primeros partidarios. Su proyecto, Derrotero que debe seguir para la propagación de la vacuna en los dominios de Su Majestad en América, presentado al monarca Carlos IV, fue aprobado en junio de 1803 por la Junta de Cirujanos de Cámara y ese mismo mes, Balmis sería nombrado director de la Real Expedición Marítima de la Vacuna, que llevaría la inmunización por territorios de América y parte de Asia.

Aquella aventura representó "la primera operación internacional con carácter sanitario y humanitario", tal y como señala Conrado Rodríguez-Maffiote, doctor en medicina y cirugía, director del Museo Arqueológico de Tenerife y del Instituto Canario de Bioantropología, en un artículo divulgativo que puede consultarse en www.museosdetenerife.org

La filantrópica expedición zarpó del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803, a bordo de la corbeta María Pita, con Balmis a la cabeza y acompañado por dos médicos auxiliares, dos practicantes, tres enfermeras y la rectora de la Casa de Expósitos de La Coruña, Isabel Zendal, la cuidadora de los 22 niños huérfanos, menores de diez años, a quienes "como reservorio se les inoculó la vacuna para poder extraer el fluido de las pústulas", detalla Conrado Rodríguez-Maffiote.

Tras diez días de travesía, la expedición arribaba al puerto de Santa Cruz de Tenerife, donde encontró buen abrigo. A propósito de esta escala, las crónicas refieren que el obispo de entonces, el canario Manuel Verdugo, apoyó de forma decidida el proceso de vacunación de la población, de manera que las posibles reticencias iniciales fueron superadas.

Es más, para colaborar en la difusión de la iniciativa y facilitar la aplicación de la vacuna de la viruela, se publicó una Breve instrucción para los que se dedican a vacunar en los campos, donde no hay profesor revalidado, escrita por Juan Bautista Bandini Gatti, profesor médico de la Real Armada y galeno de cámara del obispo Manuel Verdugo, e impresa por Francisco de Paula Marina y Suárez, como Impresor de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife.

La vacuna se propagó por el Archipélago y da fe de ello la entusiasta actitud mostrada por el que fuera regidor de Gran Canaria, Isidoro Romero y Ceballos, un compromiso del que existe constancia escrita: "(..) y aviéndose savido en Canaria, inmediatamente escogió el Ayuntamiento siete niños, nombró un sirujano y practicante y al escribano mayor de Ayuntamiento, y fletó barco para que fuesen a dicho puerto y trajesen a Canaria la materia para su propagación. Hasta el puerto acompañó a los niños una diputación de la Ciudad, uno de los quales individuos fui yo, y el señor corregidor (?)".

Así, después de casi un mes de estancia en Tenerife y tras vacunar a miles de isleños, la corbeta María Pita partía el 6 de enero de 1804 desde el puerto de Santa Cruz de Tenerife poniendo la proa hacia Puerto Rico. La expedición pasó posteriormente a Venezuela, donde se dividió en dos subexpediciones: la de América meridional y la de las Antillas. por el territorio conocido como Nueva España, además de Filipinas, China y la isla de Santa Helena, que aunque británica admitió la vacunación.

A propósito, la Real Academia de Historia observa que, en ambos casos, los expedicionarios se encontraron con la resistencia de las máximas autoridades, encontrando sin embargo el apoyo de autoridades menores. La subexpedición de Balmis se dirigió a Manila y, posteriormente, a China, regresando en 1806 a Madrid, donde fue recibido por Carlos IV.

El propio Edward Jenner, una vez finalizada la expedición, sentenciaba: "No puedo imaginar que en los anales de la historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y grande".

Película para televisión coproducida por RTVE y Four Luck Banana que cuenta la historia basada en hechos reales sobre la expedición que encabezó el doctor Francisco Javier Balmis que llevó la vacuna de la viruela a las Américas a principios del siglo XIX. Con la participación de TVG y Sunrise Pictures, 22 Ángeles está dirigida por Miguel Bardem con guión de Alicia Luna. protagonizada por Pedro Casablanc (doctor Balmis), María Castro (Isabel Cendal), Octavi Pujadas (doctor Salvany). novela

La novela de Almudena de Arteaga nos sitúa a principios del siglo XIX, cuando España comenzaba a recibir la corrriente de las ideas ilustradas que llegaban desde Francia.

Con personajes tremendamente conmovedores, la autora de La princesa de Éboli y La Beltraneja recoge un hecho histórico de gran trascendencia y a partir de este apasionante suceso crea una trama de amores y aventuras que calará en el corazón de los lectores.

La sinopsis de la obra se sume así: Al orfanato que Isabel Cendal regenta en La Coruña llega un día Francisco Javier Balmis, reputado médico que ha sido designado por el monarca Carlos IV para llevar a cabo la expedición que erradicará la viruela en América del Sur. Balmis lleva consigo varios niños para portar la vacuna y le propone a Isabel que lo acompañe en el viaje, al que también se suma José Salvany, un joven cirujano. Juntos emprenderán un largo recorrido repleto de aventuras, logros y también sinsabores, que cambiará la vida de todos para siempre y que les descubrirá nuevos territorios, tanto geográficos como también emocionales.