El Ayuntamiento de Santa Cruz iniciará el próximo lunes las obras para mejorar el drenaje del barranquillo de La Florida, ubicado en la parte alta de San Andrés. Los trabajos, que tienen una duración aproximada de cinco semanas, salvarán las restricciones impuestas desde este martes por el Gobierno de España para sectores como el de la construcción al haber sido declarados de urgencia.

Las actuaciones, que cuentan con la correspondiente autorización del Consejo Insular de Aguas de Tenerife, se centrarán en el talud de la ladera del barranco para evitar la obstrucción de las dos bocas de desagüe de pluviales. Además, se procederá a la limpieza y desatasco de estas, que están ahora mismo taponadas.

Según informaron ayer fuentes del distrito de Anaga, que dirige el concejal Florentino Guzmán, por la magnitud de la obra se procederá a realizar un importante movimiento de material con maquinaria pesada.

Por ello, se solicita a los vecinos su colaboración con esta obra de "gran importancia" para esta zona de San Andrés para que no aparquen ni transiten por la vía afectada -la pista militar- durante la realización de los trabajos.

En principio, las actuaciones se llevarán a cabo de lunes a jueves, de 7:30 a 17:00 horas, y los viernes de 7:30 a 13:30 horas.

Demanda vecinal

Gabriel Rodríguez, vicepresidente de la Asociación de Vecinos El Pescador, de San Andrés, recordó ayer que la intervención en La Florida es una "vieja reivindicación" vecinal. "Todo empezó con la actuación de la asociación recogiendo las propuestas a través de una encuesta que hicimos por toda La Ladera en el año 2008", dijo.

Rodríguez detalló que en épocas de lluvias la mala canalización de la zona afecta a bastantes viviendas de esta parte del pueblo. "Todo partió de la riada del año 2002, tras la que se llegó a bloquear ese tramo. Cuando entramos en la asociación de vecinos, nos movilizamos por La Ladera, porque era una necesidad", puntualizó.

El vicepresidente de El Pescador apuntó que "el año pasado estuvieron con técnicos del Ayuntamiento haciendo un reconocimiento del lugar para valorar la obra y, por fin, se ha decretado la urgencia y van a ejecutarla", sostuvo. "Tanto el concejal de zona, Florentino Guzmán, como el coordinador del distrito, Ruymán Izquierdo, han mostrado bastante interés en darle una solución a esto", añadió.

"Las gestiones comenzaron en agosto del año pasado con un visita a La Ladera. La verdad es que es una actuación que se ha hecho bastante rápido", indicaron ayer fuentes del Distrito de Anaga. La ejecución de las obras correrá a cargo de Servicios Públicos. La inversión rondará la cantidad de 25.000 euros.

Precisamente, Florentino Guzmán destacó ayer la importancia de las obras que se van a ejecutar a partir del próximo lunes, "unas actuaciones tramitadas por vía de urgencia y que resultarán muy importantes para la seguridad de los vecinos, quienes han demandado desde hace años una solución".

"Esta intervención municipal consistirá en una intensa actividad en el talud de la ladera para facilitar el drenaje del barranquillo. Actualmente presenta una obstrucción en las dos bocas de desagüe de pluviales, lo que, en caso de fuertes precipitaciones, supondría un importante riesgo de desbordamiento, comprometiendo la seguridad de este núcleo", recalcó el concejal del distrito de Anaga.

Guzmán pide "paciencia", en especial por las molestias relacionadas con el ruido y el trasiego de maquinaria pesada", pero asegura que se trata de una intervención "que no se puede dilatar más en el tiempo".

Se cumplen 18 años de la riada del 31-M

Para quienes lo sufrieron en primera persona, ayer no fue un día cualquiera. A pesar de los años, y ya son 18, el 31 de marzo sigue grabado en la memoria de miles de chicharreros. Fue el día que se "hundió" la capital. La capital tinerfeña -y parte de La Laguna- fueron los receptores de una de las mayores trombas de agua que se recuerdan en la Isla: 224 litros por metro cuadrado entre las 15:00 y las 20:00 horas, con algunos intervalos que apenas dieron tregua para asumir el desastre.

Ni siquiera las previsiones meteorológicas que se habían emitido para esa jornada hacían prever un fenómeno que, desde ese día, quedó grabado en la memoria de los vecinos de la capital: la gota fría (técnicamente depresión aislada en niveles altos, DANA). Las consecuencias de tal cúmulo de fenómenos -mucha agua, infraestructuras no adaptadas, confianza de la gente-, fueron ocho personas fallecidas, casi un centenar de viviendas afectadas, sobre todo en barrios como Valleseco, San Andrés y La Alegría y un sinfín de incidencias en otro tipo de infraestructuras.

Fue una tragedia que no solo cambió los protocolos de actuación en determinados ámbitos municipales, sino que aceleró la conciencia colectiva frente a un fenómeno nunca antes sufrido en Santa Cruz y alrededores, y forzó a las administraciones a actuar con rapidez para mejorar infraestructuras básicas en barrancos y vías de la capital y de La Laguna.