Medio siglo. Ese el tiempo que ha transcurrido desde que el 16 de marzo de 1970 se inaugurara la Dársena de Pesca de Santa Cruz, una infraestructura considerada "vital" en una época en la que los muelles tinerfeños empezaron a considerarse una apuesta decidida en el tablero estratégico internacional por la situación de las Islas en el Atlántico.

Han pasado 50 años desde que el ministro de Obras Públicas en esos momentos, Federico Silva Muñoz, diera el visto bueno a un puerto pesquero que debía acoger a la flota rusa que faenaba con más de 200 barcos en el ámbito atlántico. Esta fue una de las razones para impulsarlo y evitar así que las capturas se descargaran en la Península, según cuentan las crónicas de la época, porque no existía una dársena pesquera considerada como tal para manufacturar y conservar el pescado.

García Sanjuán en el recuerdo

El preboste estuvo acompañado por el director general de Puertos, Marciano Catena, y el presidente de la Junta de Obras del Puerto tinerfeño, el recordado Cándido García Sanjuán, hombre clave para impulsar el crecimiento de las infraestructuras portuarias capitalinas entre las que destacaron las de la ampliación del dique del Este en 1.000 metros lineales; del dique del muelle Sur, en unos 800 metros lineales; 1.500 metros del muelle de Ribera; el muelle de contenedores; o la Vía Litoral hasta San Andrés, la conexión clave para unir el centro de Santa Cruz con el pueblo costero de San Andrés.

Este acontecimiento coincidió con la inauguración, a su vez, del grupo de Viviendas de la Junta del Puerto y los novedosos talleres de reparación naval de Nuvasa. Asimismo ya se habían comenzado los primeros trabajos constructivos de la autovía de San Andrés, la infraestructura que enajenaría la antigua carretera que pasaba por las montañas, tan proclives a los desprendimientos y la única vía de acceso al pueblo costero.

Las obras de la Dársena Pesquera comenzaron en el mes de julio de 1965 con la construcción de los diques y el posterior relleno de sus explanadas tras perimetrar la lámina de agua. Según se recoge en la memoria del proyecto el presupuesto total ascendió a 355,6 millones de las antiguas pesetas y en esa década, lo que indicaba la magnitud e importancia de la futura infraestructura.

Primer proyecto enmendado

El primer plan contó con un presupuesto de 289,9 millones firmado el de 15 de mayo de 1962, pero fue devuelto por el Ministerio de Obras Públicas tras exigir modificaciones. Finalmente dio el visto bueno al proyecto definitivo al firmado el 16 abril de 1963, que preveía ese presupuesto de los 355,6 millones de pesetas, según lo expuesto por el reconocido ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Miguel Pintor González, su autor.

De esta forma, dos años más tarde se dio el pistoletazo de salida a la construcción del muelle con la creación de los diques. Poco a poco fue cogiendo forma con los rellenos zonificados de escombros provenientes de la cantera de Los Pasitos, la actual que se encuentra excavada en la trasera de la infraestructura. De esta manera se fue generando la zona de tierra que contiene las principales empresas e industrias que operan en este momento, rellenando poco a poco los lagos y espacio que quedaban .

Medio siglo y el futuro

En un principio se había fijado por parte de las autoridades que la Dársena Pesquera se inaugurara en agosto de 1969, aunque finalmente sucedió el 16 de marzo de 1970, siete meses después de la previsión tras culminar las explanadas, el dique exterior, el martillo y el muelle de Ribera.

Ya a principios de siglo, Puertos asumió la ampliación de la infraestructura con la creación de la denominada lágrima, justamente el relleno que alberga en la actualidad la Zona Franca de Tenerife, uno de los ámbitos de futuro de Puertos por la actividad económica que pueden desarrollar grandes y pequeñas empresas y su valor añadido internacional.

Precisamente, las obras de ensanche de la explanada de la Dársena de Pesca se iniciaron a finales de los años 90 del siglo pasado y fue un proyecto ejecutado en tres fases. Esa actuación supuso ganar al mar una explanada de 220.000 metros cuadrados donde actualmente se ubican empresas que se benefician de los incentivos de zona franca como Biomca Química SL y United Confectionary SL.

Para generar esta nueva explanada se ejecutó inicialmente un cierre perimetral que evitaba la dispersión del material de relleno realizado con material granular previamente seleccionado y clasificado por granulometrías procedente de desmontes y acumulado en la zona anexa a la ampliación durante años.

Una vez vertido, el material se somete a explanación para alcanzar la cota de 4,5 metros de la explanada, reteniéndose los finos en el interior del recinto y expulsando el agua limpia al exterior.

¿Y qué ha supuesto hoy en día la Dársena para Santa Cruz? Pues al margen de las operaciones pesqueras como fin final, actualmente en sus instalaciones están radicadas un total de 75 empresas y entidades establecidas mediante régimen de concesión o autorización, que realizan algún tipo de actividad en los terrenos ganados antiguamente al mar, entre ellos las empresas que prestan servicio al sector pesquero y el propio Instituto Español de Oceanografía.