Los Reyes Magos se quedan sin helicóptero para llegar al Heliodoro Rodríguez López. Pese a los intentos del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife de recuperar la tradición perdida hace nueve años, finalmente Melchior, Gaspar y Baltasar no aterrizarán en el césped del estadio.

Según confirman desde el propio consistorio, la empresa a la que se le había encargado la tramitación de este proceso ha desistido de llevarlo a cabo "al no poder cumplir, por falta de tiempo, los requisitos técnicos exigidos".

Fue el pasado noviembre cuando la alcaldesa de Santa Cruz de Tenerife, Patricia Hernández, anunció que estaba tramitando todos los permisos necesarios para que el helicóptero de los Reyes Magos de Oriente volviera a aterrizar el próximo 5 de enero en el Heliodoro Rodríguez López.

La regidora chicharrera explicó que se solicitó autorización al Ejército y al Ministerio de Defensa del Gobierno central para que dicha maniobra se llevara a cabo.

Sin embargo, desde el Cabildo de Tenerife, institución de la que depende la infraestructura deportiva, se encargó a la asesoría jurídica un informe sobre la autorización del aterrizaje del helicóptero. Y lo ha hecho a petición del expresidente de la Corporación insular, ahora consejero en la oposición, el nacionalista Carlos Alonso, que ha solicitado que se analicen las responsabilidades del Cabildo respecto a este aterrizaje "en caso de que pase algo", pues la instalación deportiva pertenece a la Corporación insular.

En ese momento, el edil de Fiestas, el socialista Andrés Martín, manifestaba que ya el Ayuntamiento había presentado toda la documentación técnica requerida, los planes de protección y de seguridad correspondientes, y todos los permisos necesarios para que el helicóptero pueda aterrizar en el Estadio, entre los que se encuentra el de Aena (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea). Asimismo, la Corporación local dispone del informe de seguridad y riesgo relativo al citado evento aprobado.

Aún así, a solo unos días de la noche más esperada para los pequeños, se han truncado las expectativas de los dirigentes de la ciudad, que tendrán que buscar otra fórmula para la aparición de los Reyes Magos en el césped ante unas gradas repletas de la ilusión de miles de niños.