La afectada por la demanda de desahucio manifestó que "me encuentro fastidiada", ya que no había hecho sino "llorar, llorar y llorar". Tras el juicio la nonagenaria se mostraba angustiada. Ante los medios de comunicación presentes aseguró que "después pienso que qué hago yo en la vida, aquí". Recordó que "nunca me había visto metida en esto". Ante la insistencia de los periodistas, comentó que "lo que me están pidiendo yo no lo comprendo". Durante toda la vista, la mujer permaneció en silencio e intentando entender lo que dirimían los letrados de ambas partes. En la puerta del Palacio de Justicia, señaló que "a mí no me habían pasado un aviso de nada". Aclaró que lo único que sabe es que ahora le están reclamando dinero por "la basura y la contribución". Recordó que llegó a la vivienda del siglo XIX cuando tenía apenas 8 años y en ella ha pasado toda su vida. Explicó que "no he salido de allí, de la plaza de la iglesia (de La Concepción), donde nací". De las más de 20 personas que llegaron a aquel domicilio en el centro de la capital tinerfeña, "ahora estoy yo sola". Aclaró que no se quiere ir de ese enclave.