Mañana martes, 17 de diciembre, está previsto que se celebre el juicio para el desahucio de Dolores Rosales, la vecina de Santa Cruz de Tenerife a la que, a sus 91 años, se le insta a abandonar la vivienda de alquiler en la que lleva desde que tenía ocho. La vista tendrá lugar en el Palacio de Justicia y el asunto deberá resolverlo el Juzgado de Primera Instancia número 4, a raíz de la demanda interpuesta por la sociedad mercantil Satyani de Inversiones, propietaria del inmueble.

La casa, que está en la confluencia de las calles Candelaria y Santo Domingo, en pleno centro histórico de la capital tinerfeña, tiene una fachada propia del siglo XIX y Dolores empezó a vivir en ella en 1936. Allí, la ahora anciana mujer, vivió la Segunda República, la Guerra Civil, la dictadura franquista y el regreso de la Democracia hasta la fehca.

Durante décadas, la hoy nonagenaria pagó un alquiler en base a un contrato de renta antigua con diferentes arrendadores. En 2003, el histórico inmueble lo compró Satyani de Inversiones, sociedad inmobiliaria que decidió entonces prorrogar el contrato de arrendamiento a Dolores.

Mariela, hija de la inquilina a la que ahora se pretende desahuciar, comenta que desde entonces no se han hecho obras de reforma o mantenimiento en el domicilio de su madre y revela que fue en mayo de 2018 cuando la sociedad propietaria del inmueble le envió un primer requerimiento a Dolores en el que le planteaba la necesidad de que abandonara el piso para efectuar obras de acondicionamiento. Solicitud que fue respondida en su momento por la inquilina.

El otro momento clave de este proceso se produjo seis meses después cuando Dolores recibió otro requerimiento, y en esta ocasión la empresa amplió los motivos para pedirle el desalojo. La sociedad insistía en la necesidad de que abandonara el domicilio para efectuar trabajos de mejora añadiendo en esta ocasión un requerimiento para abonar una cantidad de dinero. En concreto, se le reclamaba el pago de diez años de alquiler con el precio actualizado. Con posterioridad, esa petición se limitó a los últimos cinco años, aunque se le exigía la liquidación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) así como la tasa de basura de la última década.

La hija de la mujer de 91 años explica ahora que "la reclamación del último lustro de renta ya fue ingresada en la cuenta facilitada por la empresa de inversiones", como consta en los justificantes bancarios. Además, a día de hoy, la anciana está al corriente del pago del alquiler. Mariela aclara que el conflicto se centra en el abono de las cantidades de la tasa de la basura y del IBI, que no figuraba en el contrato original por su antigüedad. Según la hija de Dolores, su madre únicamente tiene alquilada la parte alta del histórico edificio, la primera planta. "Mientras que en la parte baja existe un bar que supuestamente está arrendado por la sociedad propietaria.

La hija de la anciana explica que los dueños le reclaman el IBI y la basura de todo el inmueble, lo cual no considera ajustado a la realidad actual, ya que su madre únicamente utiliza la parte alta. En septiembre pasado le fue notificada a Dolores Rosales la demanda de deshaucio y se señaló una primera fecha de lanzamiento, concretamente para el 13 de noviembre. La vista de entonces fue suspendida y el nuevo juicio se ha señalado para mañana, martes.

EL DÍA trató de conocer la versión de los hechos por parte del bufete de abogados que defiende a Satyani de Inversiones, pero este extremo no fue posible desde el pasado jueves.

Cabe recordar que una integrante de la familia Satyani y propietaria de la mercantil que ha presentado la demanda contra Dolores Rosales, Renuka Satyani, fue detenida el pasado día 3 por la Policía Nacional como presunta autora de los delitos de amenazas, lesiones y obstrucción a la Justicia. Dicha empresaria acudió con tres hombres musculosos a una cita con otro inversor y el abogado de este último en el Real Casino de Tenerife el 26 de noviembre, al parecer, para intentar llegar a un acuerdo. Tras sacar al letrado de la sala de la reunión, un matón propinó un fuerte golpe al empresario para que retirara la demanda que presentó contra Satyani de Inversiones por una supuesta deuda que tiene contraída con él. Y Renuka Satyani presuntamente amenazó a la víctima, a su familia y a otro hombre de negocios que también le reclama dinero.