Agentes de la Unidad del Medio Natural (UMEN) de Santa Cruz de Tenerife investigan desde este jueves la tala de dos dragos de la zona de Tafada, en el entorno del caserío de Chamorga, en el Macizo de Anaga.

Ambos ejemplares de Dracaena draco habían sido sembrados hace años por el Cabildo de Tenerife, según confirmaron ayer fuentes de la Concejalía de Medio Ambiente de Santa Cruz, que dirige Florentino Guzmán.

"Se trata de un acto de vandalismo que nadie se explica, pues, además, se trata de una zona de paso", recalcaron estas fuentes del Consistorio de la capital.

Uno de los dragos sufrió un corte total del tronco, mientras que el otro tiene una muesca de casi medio tallo, por lo que si no se toman las medidas oportunas puede acabar en el suelo. Según los cálculos realizados, los ejemplares afectados pueden tener entre 20 y 25 años.

Desde la Concejalía de Medio Ambiente de la capital "condenaron" el acto vandálico "sin motivo alguno" que afecta al patrimonio natural del municipio y que fue descubierto por un particular, que lo comunicó a través de sus redes sociales.

Del mismo modo, también el Cabildo de Tenerife indaga quién está detrás de estos hechos. La Consejería de Medio Ambiente valora lo que ha originado la desaparición de este emblemático ejemplar en Chamorga, después de que un ciudadano denunciara la situación a través de las redes sociales.

Sobre este asunto, fuentes vecinales del Macizo detallaron ayer que los dragos de Tafada están ubicados en la parte alta de Chamorga, en el camino hacia el Faro de Anaga y Roque Bermejo, un lugar al que solo se puede llegar caminando, pero que es muy transitado por senderistas.

Por la altura que tenían, alrededor de los dos metros, habían sobrevivido, además, al ataque de las cabras y ovejas salvajes que han proliferado en esta zona durante los últimos años. "Muchos están saliendo de semilla y están siendo afectados por la acción del ganado guanil que proviene de Los Jorobales, Las Palmas de Anaga o de las Breñas", recalcaron estas fuentes vecinales. "Por eso da pena que hayan cortado estos dos que ya habían sobrevivido", indicaron.

Precisamente, las fuentes vecinales relacionaron el ataque vandálico con la polémica que se ha generado con estos animales salvajes. "Puede que haya sido un ataque motivado por rencillas entre quienes quieren que ese ganado se mantenga, para tener una despensa, y los que están acudiendo a cogerlo", subrayaron.

En todo caso, y al margen de este ataque concreto el patrimonio natural, destacaron estos vecinos que zonas como El Pajar y La Rosa de Juan Gómez, en el barranco de Chamorga, se están llenando de dragos, algunos de gran porte, y de palmeras canarias, por lo que dentro de unos años podría formarse un gran bosque de estas dos especies. En estos puntos en concreto, la acción de las cabras y ovejas salvajes es mucho menor.