Dar de comer a palomas y ratas le costará a una vecina de Santa Cruz una multa de 540 euros -tres euros diarios durante seis meses- y una condena por la vía penal por un delito continuado de desobediencia grave a la autoridad. Así consta en una sentencia firme a la que ha tenido acceso EL DÍA, en la que el Juzgado de lo Penal Nº 6 de Santa Cruz de Tenerife considera probado que la mencionada mujer ha venido vulnerando sistemáticamente la ordenanza municipal reguladora de la tenencia y protección de animales desde el año 2014.

En concreto, la prohibición por la que se sancionará como falta leve el alimentar en la vía pública a animales libres del ámbito particular, incluidos aquellos que puedan constituirse en plagas, jaurías, bandadas o gaterías.

Ese año, la concejal delegada en materia de Calidad Ambiental y Sanidad del Ayuntamiento de Santa Cruz trasladó a la Fiscalía la situación que había generado esta vecina. En aquel momento, la mujer, cuyo ámbito de actuación sigue estando principalmente en las Ramblas, pero con actuaciones también en otros puntos de la ciudad, ya acumulada 31 actas policiales por dar de comida en la calle a los animales.

En el escrito de acusación que cursó la Fiscalía se detalla que a pesar de esas actas la ahora condenada fue sorprendida nuevamente tanto por la Policía Local como por personal del servicio de limpieza en mayo y en septiembre de 2016 y en febrero, abril y agosto de 2018. De hecho, el Consistorio de Santa Cruz ya había sancionado en 2015 a la acusada con 1.653 euros por la comisión de faltas leves acumuladas.

La Fiscalía solicitó para ella una pena de once meses de prisión, al entender que los hechos constituían un delito continuado de desobediencia grave a la autoridad.

El magistrado considera probado que la condenada siguió dando de comer a ratas y palomas, entre otros animales, a sabiendas de la resolución municipal dictada en su contra "y con total desprecio hacia ella".

Según relata la sentencia, la acusada se acogió a su derecho a no declarar ante el juez, pero fue informada de los hechos que se le imputaban. A pesar de ello, continúa el fallo, y con pleno conocimiento de las consecuencias penales de sus actos, fue nuevamente sorprendida por agentes de la Policía Local.

Durante los últimos meses, la condenada ha mantenido su actividad y las quejas de los vecinos por sus prácticas han aumentado. De hecho, algunos han denunciado su agresividad verbal cuando se le llama la atención.

Llamamiento

Hace unos meses, desde la Concejalía de Medio Ambiente de Santa Cruz, que dirige Florentino Guzmán, se solicitó colaboración ciudadana para que se deje de alimentar a las palomas en la vía pública, pues estas pueden transmitir más de 40 enfermedades.

Y es que, a pesar de que al mes se capturan en el municipio entre unos 800 y 900 ejemplares, por lo que la población de estas aves ha disminuido y está más controlada, las palomas siguen siendo una plaga en la capital.

Cabe destacar que solo en diez días de octubre, los agentes del grupo de Protección del Entorno Urbano (Proteu) de la Policía Local de Santa Cruz sancionaron a tres personas por alimentar a las palomas en las calles de la capital. Dichas multas ascienden cada una a 150 euros.

Según la última estimación realizada por el área de Medio Ambiente de la capital, en el año 2017, en Santa Cruz de Tenerife hay cerca de 30.000 palomas, 20.000 más de la cantidad que es considerada ya como una plaga.