La muralla que resguardaba la costa de Santa Cruz, construida en 1656 con activos reales y ayudas del vecindario, con la doble misión de impedir el paso de los piratas y proteger a los tiradores apostados detrás de ella, consistía en un parapeto continuo de piedras, revestido interior y exteriormente con barro, que seguía las sinuosidades de la costa y solamente se interrumpía en las desembocaduras de los barrancos de Almeyda y de Santos.

Este recinto fortificado estaba reforzado por baterías situadas estratégicamente entre los castillos de San Cristóbal, San Juan, y Paso Alto, y en los fuertes de San Pedro y San Miguel. Estas baterías no eran otra cosa que trozos de parapeto, donde se habían abierto cañoneras con el fin de cruzar sus fuegos con los castillos para defender la línea de playa en la que se hallaban el muelle, la aduana y las desembocaduras de los barrancos.

De Norte a Sur, estaban:

Batería del Bufadero, en la desembocadura del barranco de su nombre. Tenía ocho piezas de hierro y bronce, procedentes de la flota del almirante Diego de Egues, hundida en el Puerto de Santa Cruz después de rechazar y vencer a la escuadra del Almirante inglés Robert Blake en 1657. Los primeros ejercicios de tiro los llevaría a cabo en 1914. Durante la 2ª Guerra Mundial, el puesto de mando de la batería se ubicaba en el risco que tiene a sus espaldas. Los restos que perduran de ella, pertenecen a la que se fabricó cuando la Guerra de Cuba de 1898.

Batería de la Altura, proyectada a raíz del desembarco de Nelson en Valleseco (1797), con la misión de librar de toda amenaza al Castillo de Paso Alto. Tenía una superficie de 9.490 metros y contaba con 5 emplazamientos y 7 explanadas, a la vez que poseía alojamientos, depósitos y aljibes. Al estar situada a 225 metros sobre el nivel del mar, se accedía por una vereda de 900 metros de longitud y 1,50 m. de ancho, que partía del barranco de Tahodio, actual barrio de La Alegría.

Batería de la Cortina, situada entre los castillos de Paso Alto y San Miguel, tenía un emplazamiento para 4 obuses. En ella se construirían dos barracones-cuadras para el ganado de las tropas de Regimiento de Ingenieros. En 1924, al ser declarada inadecuada para las necesidades del Ejército fue entregada al Ministerio de Fomento quién la cedió al Club Náutico de Santa Cruz de Tenerife para que construyese su edifico social.

Batería de Santa Teresa, construida en 1779 de forma circular, estaba emplazada en una pequeña meseta, situada en la margen derecha del barranco de Tahodio -actual gasolinera-, con el fin de evitar los desembarcos en la playa de los Melones. Al carecer de cuerpo de guardia, en 1850 se llegó a un acuerdo con Francisco Ventoso, dueño del terreno que la rodeaba, para utilizar la casa-habitación de su finca. En 1858 fue declarada inadecuada para la defensa. Como tenía su asentamiento enterrado, la hacía poco vulnerable a los disparos provenientes del mar.

Batería de Santiago, construida en la huerta de Los Melones, sustituyó a las baterías de San Rafael y La Candelaria, desaparecidas al desbordarse el barranco de Almeyda en el aluvión de 1826. Con sus 4 cañones, servidos por 14 artilleros, desde su estratégica situación prevenía los desembarcos enemigos por la playa de Los Melones, a la vez que defendía el camino que conducía a la población. Fue declarada inadecuada para la defensa en 1924.

Batería de San Antonio, construida en 1656 y reconstruida en 1755, en la desembocadura del barranco de San Antonio, actual plaza Arquitecto Marrero. Al tener su plataforma almenada, casi a ras del agua, con sus 8 cañones, servidos por 30 artilleros, lograba que el enemigo no pudiese destruir su muro de frente, de doce metros de alto, mientras que ella, sí podía dirigir sus fuegos rasantes a los buques. En 1846 heredó del fuerte de San Pedro el honor de ser la batería de Salvas o Saludos. Fue enajenada en 1924.

Batería del Pilar, construida en 1780 y desartillada en 1850, era una simple explanada empedrada con tres piezas, servidas por 12 artilleros, y sus cañoneras abiertas a la Muralla defensiva, que le servía de parapeto.

La Batería del Blanco no contribuía a la defensa de la Plaza, sino que estaba destinada a las prácticas de los alumnos de la Escuela de Artillería, con dos cañones y un mortero. En 1787 se encontraba en el solar que hoy ocupa el Cuartel de Almeyda, desde donde se efectuaban los ejercicios de tiro "al blanco" que se encontraba pintado sobre las faldas del cerro de la Altura. Como los disparos ocasionaban graves inconvenientes en las fincas intermedias, en 1864 fue mandada a demoler.

Batería de Santo Domingo, establecida en 1659, se trataba del Cuerpo de Guardia del Castillo de San Cristóbal, de la que estaba anexa por su lado izquierdo, junto a la entrada del muelle, con el objeto de batir la ensenada y el primer trozo del muelle que entraba en la mar, con sus 4 piezas de artillería. Su demolición fue ordenada por la Junta Revolucionaria de Santa Cruz de Tenerife, el 13 de octubre de 1868, con motivo de la revolución que destronó a Isabel II.

Batería del Muelle, emplazada en el martillo del primer muelle de piedra que se construyó en el Archipiélago Canario en 1787, estaba protegida por un muro con troneras para sus siete cañones. Tuvo una eficaz actuación en la madrugada del 25 de julio de 1797, cuando al ser tomada por las tropas británicas, al mando del contralmirante Nelson, fue rápidamente recuperada y puesta en uso por el teniente Grandy, de manera que interrumpió la llegada de la segunda oleada de barcazas enemigas. En 1812, quedó inutilizada por el temporal que destruyó parte del muelle.

Batería de La Concepción, levantada en 1673 en la orilla Sur de la caleta de Blas Díaz, lugar por donde desembarcaban las mercancías antes de estar construido el Muelle, tenía su frente protegido por un parapeto de la muralla defensiva, de 60 metros de largo, por donde asomaban sus 6 cañones y 3 morteros, servidos por 39 artilleros. Declarada inadecuada para la defensa en 1924, su solar fue comprado por el Ayuntamiento quien lo cedió (1933) al Cabildo de Tenerife para la edificación del Palacio Insular.

Batería de San Telmo, construida en 1775 en forma de triángulo rectángulo, donde uno de los catetos estaba paralelo al muro de la ermita, de la que recibió su nombre, y el otro cateto en el parapeto de la muralla defensiva, desde donde con tres cañoneras protegía el fondeadero, situado enfrente. En 1899 fue declarada inadecuada para la defensa.

Batería de San Francisco, situada entre la Caleta de Negros y el camino del Lazareto, fue construida en 1775 y ampliada en 1886, con motivo del conflicto surgido entre España y Alemania, en relación con las Islas Carolinas. Tenía forma trapezoidal, con 94 metros de magistral, cuatro explanadas, con las cañoneras abiertas al mar, cinco parapetos de sillería para evitar el fuego procedente de los flancos, y un muro con aspilleras por el lado de tierra. Estaba artillada con cinco piezas y su guarnición la componía un Sargento, un Cabo y cinco Soldados. Contaba con cuerpo de guardia, repuesto y almacén en un tinglado o cobertizo. En 1924 fue declarada inadecuada para las necesidades del ejercito siendo desartillada y desmantelada, entregándose al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife en 1932. La citada batería se ha visto afectada por las distintas obras realizadas en su entorno a lo largo de los años, tanto por el lado de la vía de servicio del Puerto, como por la avenida de la Constitución, cuando se elevó su trazado. En 1924 fue desartillada y desmantelada. Todavía quedan restos visibles de la primitiva estructura.