Los tédax de la Policía Nacional detonaron ayer dos explosivos (barrenos) hallados en el parque de La Granja de la capital. Un tercer artefacto presentaba un alto grado de deterioro y no fue necesario inutilizarlo.

Los explosivos fueron encontrados por dos trabajadores de Traysesa, empresa que realiza desde el pasado mes de septiembre las obras de remodelación de esta gran zona verde y de ocio de la capital tinerfeña.

En concreto, fueron Miguel Juan Cabrera, conductor de la retroexcavadora, y David Rodríguez, operario que vigilaba el desmonte, los primeros que se percataron de la existencia de unos cables sospechosos que salían de varias piedras. Eran, aproximadamente, las 11:00 horas.

Aplicando el protocolo habitual en estas ocasiones, pararon de inmediato el trabajo y dieron aviso a sus superiores, Raquel Hernández, jefa de obras, y Alejandro Barrera, director de obra.

Fue este último el que, tras tener la certeza de que se trataba de explosivos, dio el aviso a la Guardia Civil. Ayer, Barreda recordó que hace aproximadamente un año vivieron una circunstancia similar en Guía de Isora, en el sur de Tenerife. Y el propio Miguel Juan Cabrera detalló que ya vivió una algo parecido hace años en unas obras que realizaba en Tabaiba.

Por competencias, finalmente fue la Policía Nacional la que se hizo cargo de los explosivos. Varias dotaciones de CNP acordonaron el contorno de La Granja. La rapidez con la que se ejecutó la señalización fue tal que algunos usuarios del parque se vieron sorprendidos haciendo deporte en el interior de la instalación.

Mientras se desalojaba por completo la zona y se establecía un perímetro de seguridad, los expertos del CNP prepararon el terreno para realizar la voladura controlada. Según contaron algunas fuentes, taparon la zona de la explosión con sacos de arena y cemento, entre otros elementos.

Entretanto, y ya con el borde del parque lleno de curiosos -aún no habían salido los jóvenes de los institutos cercanos-, solo se esperaba por las ambulancias de rigor para proceder a inutilizar los barrenos.

Finalmente, solo fue necesaria una voladura. Se produjo a las 13:56 horas, justo antes de la salida de los centros escolares, previo aviso por parte de algunos agentes de la Policía Nacional de que se iba a producir una explosión y tras tres toques de sirena.

Después de la operación, desarrollada con éxito, fue necesario que pasaran unos cuarenta minutos para que todo volviera a la normalidad. "Si antes ya trabajábamos con muchísimo cuidado, ahora lo haremos con mucho más, visto lo visto", comentó David Rodríguez.

José Ángel Martín, concejal de Servicios Públicos de la capital, comentó que el consistorio recibió el aviso en torno a las 12:00 horas. El edil, cuya concejalía es la responsable de los trabajos que llevan a cabo en el parque, permaneció en el lugar hasta que se produjo la intervención de los tédax. En principio, la actuación que se ejecuta en el parque La Granja continuará su curso sin contratiempos.

De los comentarios de los operarios de la empresa que ejecuta las obras, la aparición de este tipo de explosivos suele ser habitual en intervenciones que se ejecutaron antes de la década de los 80, a partir de la cual se prohibió su uso en este tipo de elementos. Ahora mismo, su utilización es muy puntual y está muy controlada.

En concreto, los explosivos de La Granja proceden, con casi total seguridad, de la construcción del parque, que comenzó en 1969 y concluyó en 1976.