Bien utilizadas, las redes sociales pueden convertirse en una herramienta con una proyección infinita. Si a ello se une la solidaridad del ser humano, se producen casos como el de Manuel.

Tras un pequeño despiste, este jubilado de la capital dejó olvidada su cámara de fotos, de gran valor sentimental, hace dos días sobre un quitamiedos del mirador de Las Teresitas.

Por su suerte para él, la casualidad quiso que fuera un alma solidaria la que diera con el objeto. Así comenzó una historia que la Policía Local de la capital narró en su cuenta de Twitter, la red social que, esta vez sí, ayudó a que la historia tuviera un final feliz.

Un ciclista, también de Santa Cruz y que este martes hacía la ruta habitual hacia Igueste por la TF-121, fue quien encontró el dispositivo. Sin dudarlo, se lo colgó al cuello y acudió a depositarlo en el departamento de objetos perdidos de la Policía Local de Santa Cruz. Allí llegan cientos a lo largo del año, sobre todo tras las grandes celebraciones. Algunos nunca son recuperados por su dueños.

Como no había referencias del propietario, el cuerpo local de seguridad colgó la historia en su perfil de Twitter, a la que acompañó una imagen de la cámara. Inmediatamente fue compartida por cientos de usuarios, muchos de ellos pertenecientes a foros de fotografía. Ayer, con la cámara ya en manos de su propietario, eran casi 10.000 las personas que habían compartido el hilo. "Una cuestión de magia que permite que la red social sirva para ayudar a las personas ante cualquier adversidad", reconoció la Policía.

Paralelamente, los hijos de Manuel, de 88 años, se habían apresurado a realizar el recorrido que su padre había hecho el día que perdió el objeto. No obtuvieron resultado.

Sí lo tuvo, sin embargo, el aviso que la Policía colgó en Twitter. Gracias a él, uno de los hijos de este jubilado de la capital, amante de los paisajes de Anaga, dio con la cámara de su padre. El resto fue más fácil.

Tras verificar la propiedad, la Policía Local entregó el dispositivo electrónico Nikon a su dueño, que, eso sí, no quiso cerrar la historia sin agradecer, en este caso vía telefónica, el gesto solidario al ciclista que la encontró.