En pleno lanzamiento de la que fue su vivienda en los últimos 25 años, la única preocupación del Cantinflas del Carnaval era salvar del desalojo su rompa de personaje popular -que separó en el sillón de su antiguo salón para el Plenilunio del sábado- y decenas de fotos y recuerdos recibidos en los homenajes.

Cuatro cajas y siete bolsas resumen los 74 años de Manuel de los Reyes. Más allá del bullicio de Carnaval, están los amigos que se ha granjeado durante los 54 años como Cantinflas. Las Lecheras del Carnaval, Fidel Castro o La Abuelita han sido los ángeles de la guarda que han tutelado a Manuel de los Reyes en las últimas semanas cuando in extremis y sin éxito solicitaron a la juez que aplazara el desalojo en un enésimo intento.

Desde las cuatro de la tarde hasta cerca de las diez de la noche del lunes, embalaban las pertenencias. Y cuando se marcharon, un vecino tocó a la puerta para regalarle una televisión plana para que no cargara el aparato de los antiguos que dejó en su casa. Como Manuel, una de sus vecinas estuvo desvelada, por lo que decidió tocarle y compartir conversación hasta cerca de las cuatro de la madrugada de ayer. Ya a las siete, Pachi, de Las Lecheras, recogió a Cantinflas y lo llevó al Instituto Municipal de Atención Social, donde le explicaron que la vivienda que le han gestionado la comenzará a disfrutar desde el próximo miércoles, y no desde mañana como se anunció, porque está pendiente de luz y agua. Atención Social destina casi seis millones a ayudas con las que auxilia al año a más de 13.000 unidades familiares de Santa Cruz, que se traduce en 45.000 beneficiarios.

En la casa del litigio, el resto de personajes guardaba las pertenencias hasta las 11:10 horas. Diez minutos de la hora convenida, llegó la comisión judicial, mientras a la puerta del edificio de la calle Sargentos Provisionales la hija de la fallecida pareja de Manuel de los Reyes, una hermana de la difunta y otros familiares esperaban que se hiciera justicia. De parte de los servicios municipales asistió un técnico que tuteló el proceso: Manuel entregó las llaves y abandonó la casa, y en el interior se dejaron las pertenencias embaladas que por la tarde recogería la ONG Abrigos y Sonrisas con la colaboración de los amigos de Manuel.

Desde el mediodía hasta las cuatro de la tarde, entró la propiedad legal y revisó que Manuel de los Reyes, a quien muchos recuerdan en su etapa de empresario de la construcción, no se llevara ninguna pertenencia familiar, sólo lo que era de él. Así, el Cantinflas del Carnaval se fue con lo puesto, unas mudas de ropa, el disfraz y dos cajas de portarretratos. Para él, suficiente, pero sin nevera ni lavadora, ni termo, ni mesa, ni sillas... Ni le dejaron coger el colchón porque estaba en una cama antigua propiedad de la difunta, fallecida hace 13 años.

Los amigos se llevaron a Manuel a comer. Organizaron que no volviera al piso por la tarde y uno lo acompañó a la pensión que será su hogar provisional hasta el próximo miércoles, cuando se pueda instalar en la casa de Visocan que el área de la concejala Marta Arocha le ha gestionado.

Ya por la tarde se realizó la mudanza de Ofra a Añaza, y llevaron a Manuel al que será su nuevo hogar para hacerle más llevadera la espera los próximos días. Gente del Carnaval llamó para interesarse en qué se puede ayudar a un Cantinflas que parece más preocupado por salir el sábado en el Plenilunio que por tener una mesa donde comer. Recordó cuando en 1989 sufrió tres infartos y en el segundo le dieron el alta en el hospital y Manuel de los Reyes, que había estado viendo durante esos días la gala y el coso por la televisión, se enfundó su traje de Cantinflas y se fue al Carnaval de Los Cristianos. Y es que este sábado, antes de estrenar su casa, se celebra Plenilunio.

"Justicia" a 13 años de espera

"Hoy se ha hecho justicia". Es la experiencia de Nasci, la hija de quien fue la pareja de Manuel de los Reyes hasta su fallecimiento, hace 13 años, que cuenta su versión en el comedor de la casa que horas antes entregó el Cantinflas a la comisión judicial. Nasci recuerda que un año después de la muerte de su madre le pidió la casa a Manuel de los Reyes, a lo que hizo caso omiso. Incluso su hermano enfermó, se acogió a un alquiler social hasta su fallecimiento y su pareja, con tres hijos, tuvo que buscar otro techo mientras Manuel de los Reyes permanecía en la casa. "Nunca ha pagado los impuestos ni la comunidad, solo la luz y el agua, pues él mismo decía que era responsabilidad de los propietarios."

Nasci explica que hace tres años decidió reclamar por vía judicial la vivienda que era propiedad de su madre; admite que ella tiene un techo, a diferencia de su cuñada y sus tres sobrinos. "Aparecieron humedades en la casa del vecino de abajo y cuando iba a hablar con Manuel se escondía". Se celebró un juicio estando enfermo Manuel de los Reyes, y en junio la jueza fijó la orden del desalojo que tras dos meses de demora se ejecutó ayer.