La conocida como playa del Parque Marítimo, en Santa Cruz de Tenerife, ha vuelto a amanecer cubierta de casetas de campañas ocupadas por personas sin hogar, en concreto, nueve.

A pesar de que la Policía Local intervino hace unos días, desmantelando dicho asentamiento, estos ciudadanos siguen pernoctando en este punto del litoral chicharrero porque, y según estos indican, "no tenemos a donde ir".

El concejal de Seguridad y Medio Ambiente, el socialista Florentino Guzmán Plasencia, señala que desde el Ayuntamiento se continúa trabajando para encontrarles una solución. Mientras tanto, se les ha solicitado que no ocupen la zona de arena con las casetas y que mantengan limpia la playa.

La que en su momento fue la playa de moda de Santa Cruz, y no precisamente por su acceso al mar, pues está prohibido el baño, sino por el restaurante que allí se ubicó durante algunos años, en la parte trasera de las piscinas del Parque Marítimo, se ha convertido desde hace unos meses, según lo señalan fuentes policiales, en el refugio de ciudadanos sin hogar.

Dichas fuentes explican que, en un principio, dormían en la playa entre unas 12 y 15 personas, que "iban y venían". "De un tiempo para acá, se ha convertido en un lugar prácticamente fijo, con chabolas incluidas, para nueve ciudadanos, cinco españoles (dos mujeres y tres hombres), un ucraniano y tres marroquíes. Estos tres chicos han salido del CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) de Hoya Fría sin tener a donde ir. También hay una familia, una madre con sus dos hijos, mayores de edad. Tras la actuación policial y la de los operarios de Urbaser ya no hay chabolas, pero sí casetas de campañas".

Fuentes policiales apuntan que son tiendas desmontables plásticas. "Les hemos pedido que solo las monten por la noche y que las recojan por la mañana, dejando libre la zona de arena. También les hemos solicitado que se ubiquen donde se encontraba el restaurante y que no ensucien la playa y, la verdad, es que en esto están colaborando muchísimo. Asimismo, les rogamos que cumplan una normas de convivencia y que no consuman alcohol en la playa". Y es que "ha habido quejas de usuarios de las piscinas del Marítimo y de personas que acuden a la playa a tomar el sol".

Desde el área de Seguridad se quiere dejar claro que, según las ordenanzas municipales, acampar en esta zona está prohibido. Lo que ocurre, se explica, es que "no estamos hablando de acampadas de ocio ni de placer, sino de personas sin hogar".

El concejal de Medio Ambiente y Seguridad insiste en que desde el Ayuntamiento, y a través de la UMA (Unidad Móvil de Aproximación a Personas sin Hogar) del Instituto Municipal de Atención Social, se está intentando buscar una solución a estos ciudadanos, como la posibilidad de que acudan al albergue, aunque muchos de ellos se niegan.

Fuentes policiales también destacan que los agentes visitan prácticamente de forma diaria la zona para evitar que se acabe convirtiendo en un asentamiento de chabolas como el del Pancho Camurria. "Allí llegaron a haber unas 40 casetas y ahora no hay ni diez. Poco a poco se van encontrando soluciones", añaden.