El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife inició este jueves, con la colaboración de la Fundación Neotrópico, un nuevo plan de captura de las cotorras de Kramer con el fin de evitar que se produzca una invasión y que la población de estas aves se acabe convirtiendo en una plaga, tal y como ha ocurrido en Madrid. La campaña ha arrancado en el parque de La Granja, donde se han colocado varias jaulas-trampa, con comida y ejemplares vivos, para atraer a las cotorras que continúan sueltas. Estas son una especie exótica invasora calificada como "preocupante" para Canarias, porque pueden generar un problema sanitario y provocar daños en el patrimonio histórico y natural.

En campañas anteriores, y según explicaron el concejal de Medio Ambiente, el socialista Florentino Guzmán Plasencia, y el presidente de la Fundación Neotrópico, Jaime de Urioste, se han capturado unos 50 ejemplares, pero "calculamos que aún existe una población de entre 100 y 150 cotorras en diferentes zonas de la ciudad", como el parque de La Granja, el parque García Sanabria, la plaza del Príncipe o el Palmétum. "Todavía no hablamos de plaga, pero si no actuamos, podría suceder lo mismo que en Madrid, donde ya hay más de 12.000 ejemplares", indicó De Urioste.

Este admitió que lo ideal sería "erradicarlas totalmente". "Pero esto es prácticamente imposible, porque estamos hablando de un número elevado de ejemplares, aunque aún es controlable. Tenemos que intentar que esto siga siendo así", añadió. Además, las instalaciones de la Fundación Neotrópico, situadas en Barranco Grande, a donde se trasladan las cotorras capturadas, tiene capacidad para un máximo de 200 ejemplares. "No podríamos acoger a un número superior. Por eso, tenemos que actuar ahora y evitar que ese número se dispare", manifestó el presidente de la Fundación Neotrópico.

Con respecto a las medidas que se han tomado en Madrid contra las cotorras, relacionadas con su exterminio, desde el Ayuntamiento y desde la Fundación Neotrópico se quiere dejar claro que en Santa Cruz de Tenerife esa acción está descartada, pues la población de las aves existentes en la capital chicharrera es mucho menor y aún no se han convertido en una "amenaza".

Eso sí, tanto el edil de Medio Ambiente como el presidente de Neotrópico insisten en la necesidad de intentar que la población existente en Santa Cruz no se descontrole, "pues como lleguen al Parque Rural de Anaga, podrían causar un auténtico destrozo ambiental".

De Urioste recordó que estos animales, procedentes de África y de Asia, y cuya comercialización y tenencia está totalmente prohibida, llegaron a Canarias en los años 80. "La gente se cansó de ellas y las soltó, y ahora se han convertido en una población importante", agregó.

Apuntó que estas aves, además de transmitir enfermedades y de suponer una amenaza para las especies autóctonas, porque compiten con ellas, también producen daños en las infraestructuras, el patrimonio histórico o natural, los cultivos y el ganado. Asimismo, pueden provocar un problema sanitario, por lo que "se hace necesario su control y, en la medida de lo posible, su erradicación".

El concejal de Medio Ambiente destacó la "importante" colaboración de la Fundación Neotrópico para luchar contra esta especie invasora.