Tiene 91 años y se enfrenta a un desahucio. Su nombre es María Dolores Rosales y reside en la calle Candelaria, en Santa Cruz de Tenerife, desde que tiene ocho años. El próximo 11 de noviembre podría verse obligada a dejar la que siempre ha sido su casa, aunque ésta ya presenta un evidente deterioro.

El alquiler que abonaba Dolores fue durante décadas de renta antigua. Pero la vivienda ha sido adquirida por un grupo inversor tinerfeño que no solo le ha pedido actualizar la renta, sino que además le insta a abonar unos 11.000 euros en concepto de la tasa de Basura, de IBI (Impuesto de Bienes Inmueble) y de renta, lo que no constaba en ningún contrato debido a su antigüedad.

Los actuales propietarios de la casa informan de que Dolores no ha abonado el alquiler durante 20 años ni tampoco cuando se le actualizó el alquiler y los gastos correspondientes a la vivienda. También indican que en la actualidad el estado en el que se encuentra la casa supone un riesgo para la inquilina.

Mariela Báez, hija de Dolores, está desesperada por la situación de su madre, porque esta apenas puede moverse y tampoco oye demasiado. Desde el Ayuntamiento de Santa Cruz se indica que la familia no se ha puesto en contacto con los Servicios Sociales, por lo que el Consistorio desconoce el caso.

De todas formas, y según fuentes municipales, el Consistorio "no puede impedir un desahucio de una vivienda cuyas condiciones suponen un riesgo para las personas que habitan en ella".

Por otra parte, hoy miércoles está previsto que se lleve a cabo el desalojo del edificio Alejandro, ubicado en la calle Juan Rodríguez Santo, en Ofra, el cual pertenece a Bankia y está ocupado de manera ilegal.