Tal vez pasa desapercibida dentro de la magnitud de la iglesia de La Concepción, pero quien la descubra entenderá que esconde detalles que la hacen igual de destacada que el resto. La capilla de San José, ubicada junto a la de Santiago Apóstol, copatrono de la ciudad, fue fundada en el siglo XVII por el capitán Juan Rico de Moya. Sin embargo, no fue San José para quien fue construida. La capilla tuvo como primer "morador" a San Cayetano, proclamado santo en 1671 por el papa Clemente X. Se le conoce como Santo de la Providencia, Patrono del pan y del trabajo.

Fue la Hermandad de San José la que, tras perder San Cayetano la condición de patrono, la que la tomó como altar de su santo hace casi un siglo.

Junto a San José, reposan en la capilla las imágenes de Santa Rita de Casia y San Enrique Emperador.

Según explica José Arturo Navarro Riaño, mayordomo de la Virgen del Carmen y estudioso de la historia de esta iglesia, Santiago de Miranda donó una imagen de vestir de San José, y así lo hizo constar el mayordomo de la cofradía en 1835. Al mismo tiempo, mandó traer otro San José desde Gran Canaria, tallado por el artista José Luján Pérez.

Sin embargo, en este tránsito murió el donante y la imagen quedó depositada en casa del mayordomo. Allí fue policromada y estofada por el pintor Manuel Antonio de la Cruz. Es esa talla la que luce ahora en la capilla.

En su origen, el altar de San José era de estilo barroco, detalla Navarro Riaño. Pero el gran deterioro que presentaba obligó a realizar una gran rehabilitación a principios del siglo XX. "Sufrió una gran transformación", aclara. De su imagen original apenas quedan unas columnas. Ahora luce un estilo más neoclásico.

Agujero en un cuadro

El retablo está coronado por un cuadro con los desposorios de la Virgen con San José. Como curiosidad, el lienzo presenta un agujero, visible desde el suelo, producido por el golpe de una paloma, cuando aún podían entrar con libertad a la iglesia. En la parte inferior del altar está ubicada una pequeña urna de cristal y madera con la imagen de San Amaro.

En esta iglesia estuvo enterrado, recuerda Navarro Riaño, el obispo Bartolomé García Jiménez, cuyos restos fueron trasladados luego a Candelaria. Un cuadro del citado obispo de cuerpo presente recuerda su presencia en esta parte de la parroquia.

Precisamente, en este lado de la capilla se encuentra otras de las curiosidades: un pequeño altar en el que reposan las imágenes de Nuestro Padre Jesús de Nazareno y María Santísima de la Esperanza Macarena, talla, esta última, que ahora está en fase de restauración.

El altar está situado bajo un arco de piedra, recuerdo de una antigua puerta que la iglesia de La Concepción tenía en este punto. Para evitar el roce con las manos, la cofradía responsables de ambas imágenes, fundada en el siglo XX y que tiene el título real por concesión del ahora rey emérito Juan Carlos I, ha colocado una pequeña mampara de cristal.