Si no se producen contratiempos de última hora, la esperada ampliación de la depuradora de Santa Cruz de Tenerife, en la que el Gobierno central invertirá algo más de 20 millones de euros, comenzará antes de que finalice este año.

Con esta obra se pretende lograr el objetivo estratégico de "vertido cero" de aguas sin tratar al mar. La infraestructura da servicio tanto al municipio de Santa Cruz como a los de La Laguna y El Rosario.

Así lo adelantó el concejal de Servicios Públicos de la capital tinerfeña, José Ángel Martín, tras una videconferencia que tuvo lugar ayer, en la que participaron los técnicos del Ministerio para la Transición Ecológica que están analizando el proyecto de ampliación de esta importante infraestructura.

"Todo hace prever que en el último trimestre del año se inicien los trabajos. Incluso, siendo optimistas, podríamos iniciarlos, si no hay imprevistos en cuanto a autorizaciones y este tipo de cuestiones, durante el mes de noviembre", relató Martín.

El edil de Servicios Públicos reconoció que se trata de una obra "de una envergadura brutal", y por eso se están analizando los posibles problemas que se puedan encontrar en el transcurso de la ejecución con los técnicos estatales.

"Salimos muy contentos de la videoconferencia, con las dudas despejadas y esperamos ir cumpliendo los plazos", dijo.

La próxima reunión, en este caso presencial, tendrá lugar en el mes de octubre, y en ella los técnicos del Ministerio para la Transición Ecológica se desplazarán a la Isla para supervisar "sobre el terreno" las actuaciones que se van a realizar.

Paralelamente, subrayó Martín, el Ayuntamiento de Santa Cruz está adjudicando la dirección de obra. "Es importante que esté adjudicada cuando vengan los técnicos en octubre", detalló.

En esa cita comenzarán a coordinarse las distintas áreas municipales implicadas en unos trabajos que tienen una duración prevista de 24 meses, más otros seis de prueba. "La coordinación con Seguridad Vial será muy importante porque parte de la obra, que es la introducción de un tubo desde la EDAR de Cabo Llanos hasta la depuradora de Buenos Aires, se hará a través de la avenida Manuel Hermoso Rojas", dijo José Ángel Martín. Esta es una de las principales arterias de acceso rodado a la ciudad, por lo que las obras causarán "algún trastorno de tráfico importante", reconoció.

Las dudas que existían

Respecto a las dudas que se habían producido con el proyecto, Martín detalló que tenían que ver, entre otras cuestiones, con el citado tubo de conexión. Explicó que en un principio se planteó dirigir esta conducción por la parte baja de esta zona, esto es, por la Vía Penetración, pero se descartó esta posibilidad para no "chocar" con las tuberías de carga y descarga de crudo de la refinería.

También destacó Martín que había alguna duda, ya resuelta, con respecto a las fechas que se manejaban para que se iniciaran los trabajos, con la dirección de obra y con la forma en la que se pretende ejecutar los trabajos.

Sobre este último aspecto, el edil de Servicios Públicos remarcó que una de las grandes dificultades que tendrán las obras es que la depuradora "tendrá que seguir funcionando a pleno rendimiento mientras se actúa, de ahí que haya que definir bien las fases del proyecto".

La adjudicataria de los trabajos es la Unión Temporal de Empresa (UTE) de Joca Ingeniería y Construcción y Construcciones Alpi. La actual depuradora, también financiada por el Estado, se construyó en los años 70 del siglo pasado y ya nació corta para hacer frente a la demanda creciente.