"Lo único imposible es aquello que no intentas". Ese es el lema que se encuentra todo aquel que entra en el vestuario del equipo local del campo de fútbol de Añaza. Más o menos el mismo espíritu que la directiva que preside Sergio de Armas desde hace tres años y medio trata de imprimir al proyecto en el que se ha convertido la Asociación Deportiva Añaza.

Al margen de los éxitos deportivos, que los hay, el presidente de la AD Añaza reivindica la labor "social" de un club cuyo referente es el deporte rey, el fútbol -femenino incluido-, pero del que dependen también un equipo de rugby y otro de bochas.

En las distintas disciplinas, la AD Añaza, fundada en 1990, cuenta con casi 300 personas fichadas, la mayoría niños que juegan al fútbol, que inician su actividad en la "escuelita" y que continúan hasta la categoría de cadete. Luego, el que da el salto juvenil en otros lares puede regresar al equipo regional, ahora en Preferente.

"Hemos hecho todo lo posible por sacar esto adelante. Creo que somos el equipo referente de la ciudad", destaca Sergio de Armas. Y lo hace con doble intención. Por un lado, porque es consciente de que la labor de la asociación deportiva en un barrio como Añaza contribuye a que, desde pequeños, los niños adopten una vida sana. Por otro, porque reivindica con ello la necesidad de que se ejecuten mejoras en las instalaciones deportivas.

Las necesidades son varias, pero la más "preocupante" tiene que ver con el estado que presentan los vestuarios. Curiosamente, el más "decente" es el del equipo visitante, que está siendo utilizado tanto por los jugadores como por los árbitros, pues el destinado para los colegiados, además de desprender un fuerte mal olor, tiene problemas con el agua.

En el vestuario del equipo local se caen los azulejos, con el consiguiente peligro que supone para sus usuarios, y desde hace un tiempo las aguas negras retornan a las tazas del water. "Esto da pena", reconoce De Armas.

A ello se suma el estado del césped, instalado hace quince años y en el que ya asoma la goma negra por encima de la superficie verde. "Los niños y los adultos se caen y se queman", recalca el presidente, que también llama la atención sobre un tramo de valla perimetral que se mueve con mucha facilidad y que temen que pueda caer sobre las gradas. "En un partido del regional puede haber aquí 200 o 300 personas. Viene mucha gente de fuera. Si esto se cae, ¿de quién es la responsabilidad", se pregunta.

Al respecto, Sergio de Armas recuerda que el anterior equipo de gobierno (CC y PP) tenía un proyecto para rehabilitar este espacio deportivo, y pide al nuevo gobierno municipal "que no deje perder el dinero" que había presupuestado.

La concejal de Deportes de la capital, Elena Mateo, sin embargo, precisa que lo que existe es una pequeña partida para redactar el proyecto, que el Ayuntamiento espera adjudicar en unas semanas. "Nada más. En el área no existe ningún proyecto redactado que fije dónde hay que actuar", añade. "Pero vamos a seguir adelante", asegura.

La concejal aclara, además, que el terreno en el que está el campo de fútbol María José Pérez es propiedad del Gobierno de Canarias. "Ya le he trasladado a la Dirección General de Deportes la necesidad de aclarar esta situación, pues ahora mismo no podríamos actuar allí", apunta. La idea de Deportes es que el Ejecutivo cediera la titularidad del espacio.

En esta línea, avanza que, al margen del proyecto que se va a redactar, una vez que el Ayuntamiento cuente con la correspondiente autorización del Ejecutivo, "analizaremos el caso a ver si se pueden hacer las actuaciones urgentes que sean necesarias".