"Estamos desesperados". Así lo resumió ayer uno de los afectados por el cierre del centro privado para personas con discapacidad intelectual Hogar San Lázaro, ubicado en la zona de Villa Ascensión, la situación en la que se encuentran desde comienzos de esta semana, cuando la propiedad les comunicó el cese de la actividad a partir del 30 de septiembre.

En declaraciones a El Día, esta persona, que tiene un hermano ingresado en este recurso, indicó que el cierre del Hogar San Lázaro dejará a 16 de los 18 usuarios en la calle, pues dos de ellos ya han sido trasladados a otro espacio.

La noticia la recibieron el lunes, por sorpresa, de manos de los propietarios, un matrimonio que, según explicó, argumenta problemas personales para tomar esta medida tan drástica.

Según apuntó esta afectada, los usuarios no pueden convivir con sus familiares debido a las patologías que presentan, ya que requieren de una atención específica y profesional, por lo que de no encontrar otros recursos se quedarán "desamparados".

Las familias abonan a la dirección una cantidad que ronda los 1.070 euros por cada discapacitado intelectual que está ingresado. El centro está operativo desde hace unos ocho años, y en todo este tiempo no se había registrado ningún problema. De hecho, a pesar de la decisión adoptada ahora, hablan muy bien de su labor.

Los familiares explicaron que, además de los discapacitados, también se verán afectados por el cierre los trabajadores que desarrollan su labor en este recurso -seis personas-, a los que los propietarios no han aceptado la oferta de asumir la dirección.

Ayer, varios de estos familiares se reunieron con el Diputado del Común, que se comprometió a trasladar, con carácter de urgencia, esta situación al Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), con el fin de estudiar la solución más rápida y efectiva.

No obstante, algunas de las personas consultadas por este asunto indicaron que desde el IASS ya les han trasladado que entienden su situación, pero que están "desbordados".

"Pero esta es una situación muy crítica. No podemos dejar a nuestros familiares en la calle, y tampoco nos los podemos llevar con nosotros", reclamaron.

Curiosamente, uno de los afectados por el cese de la actividad del Hogar San Lázaro ya vivió una situación similar, hace unos años, al cerrar el centro en el que estaba ingresado en el Camino de las Mantecas. "Se ha repetido la historia y se ha vuelto a quedar colgado", lamentó la hermana de este discapacitado.