El concejal de Servicios Públicos de Santa Cruz, José Ángel Martín, constató ayer las discrepancias que existe entre los pocos propietarios de puestos que aún desarrollan su actividad en el Mercado de La Abejera, en el barrio de García Escámez.

En una visita sorpresa que hizo a la instalación, Martín habló con varios vendedores de la recova y recogió sus quejas, después de que se hicieran públicos los enfrentamientos que existen entre ellos.

El último, según recogió ayer El Día, se produjo el pasado domingo, cuando el dueño de la churrería se vio obligado a llamar a la Policía Local de la capital al quedarse encerrado en las instalaciones, ante la negativa de las encargadas de cerrar el mercado de prolongar el horario de cierre para limpiar el local.

Según expuso Martín a este periódico, esta misma semana se reunirá con el adjudicatario de la concesión la empresa Alvenri Mercados S.L., para analizar la situación de esta recova.

Paralelamente, el concejal había avanzado este lunes que los técnicos municipales revisan ya el expediente de la concesión administrativa de La Abejera, ante la posibilidad de que se puedan estar produciendo incumplimientos importantes del pliego.

El edil indicó que, como con cualquier otra concesión, si existieran causas para revocarla, al Ayuntamiento "no le va a temblar el pulso" en hacerlo. "Las cláusulas están para cumplirlas. Si no se hace y se está incurso en una causa de revocación, se seguirá el procedimiento que toque", dijo.

En esta línea, José Ángel Martín recalcó ayer que "no puede ser" que una instalación como esta se enfrente a los problemas actuales, por lo que necesita que se le dé un impulso.

El inmueble original del Mercado de La Abejera, que data del año 1897, fue sometido a un exhaustivo proceso de rehabilitación por parte del Ayuntamiento de la capital, en el que se invirtieron casi 600.000 euros. Su explotación fue otorgada, tras un concurso público, a la empresa Alvenri Mercados S.L., la única que participó en la licitación y que debe abonar al consistorio un canon anual de 7.800 euros.

Un mercado de abasto

La intención era que La Abejera funcionara, principalmente, como un mercado de abasto. Cuando abrió sus puertas contaba, entre otros puestos, con una frutería, una charcutería, una carnicería, una pescadería, un bar-cafetería, una tienda de quesos, un puesto de producto congelados, una tabaquería, una tienda de exquisiteces, una tienda de comida para llevar y una floristería.

En la actualidad, muchos de estos negocios han desaparecido y los propietarios de los que quedan mantienen serias discrepancias entre ellos a cuenta del modelo de gestión.