Ahora cuentan con medios más modernos y, sobre todo, tienen más funciones. Pero su origen se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII -al menos desde esas fechas está datada su existencia-, cuando aún se les conocía como guardas de monte. Antes, incluso, hay alguna referencia como alcaldes de agua. De hecho, existe algún apunte sobre la posibilidad de que fueran armados. Cosas del pasado.

Trece agentes forman en la actualidad la Unidad del Medio Natural (UMEN) del Ayuntamiento de Santa Cruz, uno de los servicios más antiguos de esta administración y que está adscrito al área de Medio Ambiente.

Tres de ellos, José Santana, Eduardo González y Diego Expósito, explican a El Día cómo ha ido cambiando el cuerpo con el paso de los años y, sobre todo, cómo es su día a día en todo el municipio.

Y es que la ampliación de su ámbito de actuación es uno de los principales cambios que ha experimentado la UMEN. De tener un campo de trabajo casi limitado al Macizo de Anaga, los agentes de la Unidad del Medio Natural recorren ahora toda la superficie de Santa Cruz para velar por que se cumplan las normas medioambientales.

Sirva como ejemplo su intervención, este viernes, en un pequeño conato que se produjo en la avenida de Las Hespérides, en La Gallega (distrito Suroeste).

Sus competencias, ahora, están divididas en tres grandes bloques: protección del medio ambiente (costas, caza, pesca, residuos, barrancos, etc.); educación y sensibilización medioambiental; y seguridad y emergencias.

"Realizamos una doble vertiente: como policía administrativa especial en materia de medio ambiente, y como policía judicial genérica medioambiental", detallan los agentes, en relación con el primer bloque y, posiblemente, el más importante en su labor. Estos días ha cobrado especial importancia con las alertas por altas temperaturas.

También destacan los miembros de la UMEN sus esfuerzos en "educar" y "concienciar", sobre todo a los más pequeños. Desde hace una década dan charlas en colegios del municipio, a través del proyecto Anaga, una caminata por las nubes, que combinan con salidas al monte para que los escolares conozcan esta realidad.

En ocasiones, sus enseñanzas llegan a la cárcel Tenerife II, o, incluso, a grupos de turistas peninsulares que solicitan información medioambiental. "Aquí hay que hacer una labor importante para que la parte de policía no sea después tan estricta", subrayan. "La protección del medio ambiente no es solo sancionar: es sensibilizar. Eso es lo que, a largo plazo, va a producir un cambio", enfatizan.

El tercer bloque de competencias y, tal vez, el más llamativo está relacionado con la seguridad y las emergencias. En este caso, los agentes de la UMEN, que trabajan los 365 días del año de 8:00 a 19:00 horas, son auxiliares de los cuerpos y fuerzas de seguridad. Sus actuaciones en este ámbito son variadas: desde rescate de personas en el medio natural, hasta colaboraciones en accidentes de tráfico, desprendimientos, incendios, etc. Como curiosidad, este fin de semana participan en el dispositivo puesto en marcha por el consistorio para controlar el tráfico en Anaga.

Agentes forestales versus guardas rurales

El incendio que se produjo esta semana en el núcleo de Jardina, en La Laguna, ha reabierto el debate sobre la diferenciación entre los agentes forestales, según establece la Ley de Montes, y los guardas rurales. Los miembros de la Unidad del Medio Natural ejercen como policía administrativa medioambiental y en esas materias adquieren el carácter de agente de la autoridad. Además, la Ley de Enjuiciamiento Criminal les otorga, cuando están ante un delito, la condición de policía judicial genérica. Y todo ello se completa con su condición de auxiliares de los cuerpos y fuerzas de seguridad. Frente a ellos, el guarda rural es personal contratado para temas de caza, pero no se trata de funcionarios ni tienen competencias en incendios.