Un llamamiento desesperado: "Mi situación es preocupante. Estoy embarazada y los recursos existentes son muy escasos para las personas que no tenemos nada. Solo pido una casa que pueda pagar, la solución no puede ser solo el albergue. Hay que habilitar más recursos". Esta es la súplica de una mujer de 35 años, embarazada y sin recursos que tiene el exterior del pabellón Pancho Camurria como su casa con ayuda de otras personas que no tienen techo.

Carla, nombre figurado por expreso deseo, dice que se encuentra encinta y es madre de una niña de tres años que está con la familia del padre. Señala que no quiere molestar a nadie, "pero es necesario que desde el ayuntamiento se tome conciencia de las necesidades que existen en el municipio y concretamente en el ámbito del albergue".

La protagonista de esta historia ha dado el paso para exponer públicamente su situación y matiza que "soy una persona completamente normal, no bebo, no me drogo. Solo estoy viviendo una situación muy mala. He trabajado en Parques y Jardines y solo cobro 203 euros. Con eso no puedo ir a ningún sitio".

"Quiero hacer pública mi situación porque es necesario habilitar más recursos. He tramitado todo, pero el papeleo tarda y la solución que me dan es ir al albergue... Creo que no es la solución final, sobre todo cuando estoy embarazada y eso me lo ha dicho el médico", apuntó.

Reconoce sentirse "abandonada" y no puede recurrir a su familia porque son de escasos recursos. "Mis padres no tienen un duro y en su casa han acogido a mi hermano. Lo único que pretendo es exponer qué es lo que pasa en la calle y la falta de ayuda que existe para las personas que no tenemos nada y mucho más cuando suceden cosas excepcionales como que estoy embarazada".

Carla llamó la atención sobre los problemas que existen sobre su estado y sobre ello aseguró sentir la amenaza continua de la Unidad de Menores y sobre la posibilidad de que lleve hasta el final con el embarazo, apuntó.

Recuerda que ha tocado la puerta del IMAS y tramitado ayudas y desde allí le han dado como primera alternativa utilizar el recurso del albergue, "un sitio que me desaconseja el médico y que encima -en su opinión- no es adecuado para los usuarios. Si criticas el catering, por ejemplo, no te dejan comer más. No es nada contra los trabajadores, que quede claro, pero hay que hablar sobre esto", afirmó.

Por su parte, fuentes del área de Bienestar Social del ayuntamiento capitalino aseguraron que la mujer "forma parte de las personas con las que está trabajando la Unidad Móvil de Acercamiento (UMA) y tiene plaza asignada y fija en el albergue siempre que ella quiera. Se trata de una persona atendida permanentemente por la UMA", puntualizaron.