La Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife ha remitido a Puertos del Estado el trámite medioambiental necesario para instalar un dique flotante en una lámina de agua del puerto de la capital tinerfeña, según ha informado este miércoles la empresa Tenerife Shipyards.

De esta manera se desbloquea el expediente de solicitud del astillero tinerfeño, que se encontraba paralizado desde 2017, pues tras ser elevado a Puertos del Estado el trámite medioambiental será enviado al Ministerio de Medio Ambiente que, tras su revisión y aprobación, lo remitirá de nuevo a la Autoridad Portuaria, indica Tenerife Shipyards en un comunicado.

Posteriormente, el consejo de administración decidirá si aprueba o rechaza la solicitud de lámina de agua realizada por Tenerife Shipyards.

Una vez la lámina de agua sea aprobada, se procederá a la compra y traslado del dique flotante hasta la segunda alineación del Dique del Este, donde se situará.

Mario Suárez, director de Desarrollo Estratégico de Tenerife Shipyards, agradece en el comunicado a Puertos de Tenerife que, después de dos años y medio, el trámite haya sido finalmente elevado a Madrid.

El dique flotante permitirá crear entre 700 y 1.000 puestos de trabajo y dará un impulso a un sector productivo en Tenerife como es el de la reparación naval, añade.

La lámina de agua que Tenerife Shipyards ha solicitado a la Autoridad Portuaria es de 460 metros lineales del total de 2.673 metros de los que dispone el Dique del Este.

En términos porcentuales, la concesión de lámina de agua otorgaría a Tenerife Shipyards un 17% de los metros lineales del Dique del Este, quedando el 83% restante disponible para otras empresas que operen en la zona.

Un dique flotante es una estructura que permite la realización de reparación en seco y su función principal es sumergirse, esperar a que el barco que va a ser reparado se posicione encima y emerger, dejando completamente fuera del agua el navío que necesita reparación.

De este modo se pueden realizar reparaciones que con el barco a flote sería imposible realizar, tales como soldadura o pintura en el casco, montaje y desmontaje de hélices.

Otras ventajas de un dique flotante es que, al ser una estructura similar a un barco que estaría atracada en el puerto de Santa Cruz, no sería necesario construir nada, minimizando así el impacto ambiental que causaría una estructura como un dique seco.

El dique flotante que Tenerife Shipyards tiene preacordado mide 230 metros de eslora, y traerlo a la isla costaría aproximadamente 20 millones de euros, una cantidad que procede de capital canario cien por cien privado.

La posibilidad de realizar reparaciones en seco supondrá un impulso al sector de la reparación naval, ya que se aumentará el tráfico naval en el puerto, con las consecuentes ventajas que ello supone como, entre otras, añade Tenerife Shipyards.