Cuando la Revolución de 1868, la llamada Gloriosa o Septembrina, que supuso el destronamiento de la reina Isabel II y el inicio del denominado Sexenio Democrático, en España se permitió la libertad de asociación y comenzaron a surgir innumerables ateneos y círculos de opinión.

En Santa Cruz de Tenerife, un grupo de jóvenes de todas las ideologías -liberales, republicanos, conservadores, carlistas, católicos, masones, etc.- crearon el Gabinete Instructivo, una sociedad literaria cuyo objetivo era la comunicación mutua de ideas, expuestas por medio de discursos.

La constitución de esta Sociedad tendría lugar en casa de Elías Zerolo Herrera el 9 de mayo de 1869. La comisión, presidida por el sacerdote Ireneo González Hernández, la componían los siguientes miembros: Luis Benítez de Lugo (VIII marqués de la Florida), Villalba Hervás, Domínguez Alfonso, Darío Cullen, Rafael Calzadilla, Izquierdo y Azcárate, Gil-Roldán y Ríos, José D. Dugour, y José Tabares Bartlett.

En la solemne sesión inaugural, celebrada el 24 de julio de 1869, se constituyó la primera junta directiva, presidida por Juan de la Puerta Canseco. Los socios fundadores serían 40 y, a lo largo de su historia, llegó a tener más de un centenar.

El Gabinete Instructivo tenía su sede en la calle del Norte (Valentín Sanz), esquina a la del Adelantado -actual Hotel Príncipe Paz-. A lo largo de sus 32 años de vida, el Gabinete sería tribuna y escuela de oradores, y serviría de plataforma a los noveles que se iniciaban en las artes oratorias o en la declamación de sus propias composiciones.

Para ser admitido como socio, había que presentar un trabajo o exponer una tesis, aunque también cabía la posibilidad de presentar creaciones literarias. De la misma manera, había que aportar uno o varios ejemplares de libros, motivo por el que llegaron a formar una importante biblioteca.

El Gabinete sería clausurado en 1876 porque la autoridad gubernativa desconfiaba de las opiniones que los miembros solían exponer con total libertad en sus intervenciones. En su reapertura, celebrada en julio de 1880, fueron invitados el capitán general Valeriano Weyler y la famosa concertista Esmeralda Cervantes.

A partir de este momento, como consecuencia de la vigilancia gubernativa a la que se veían sometidos, comenzaron a darle preferencia a temas científicos o literarios, así como los relacionados con el comercio, la agricultura, la enseñanza... Las conclusiones de los temas tratados se enviaban a los organismos responsables.

En las sesiones públicas que se celebraban sobre temas de actualidad se llegaron a tratar las causas de la decadencia de la cochinilla. Se hizo un estudio comparativo entre colorantes orgánicos y minerales, se estudiaron los medios para conjurar la crisis, un trabajo sobre el incipiente cultivo del tabaco; etc.

En enero de 1881, a instancias de la Diputación Provincial, tuvieron lugar una serie de debates sobre temas del máximo interés para Canarias: puertos francos y sistema de franquicias, entre otros, a los que se invitó a participar a distintas sociedades y a los directores de los principales periódicos.

En 1899, dos de sus socios, Manuel de Cámara y el doctor Guigou, denunciaron la falta de higiene en algunos sectores de la ciudad, exponiendo la necesidad de eliminar las ciudadelas y las chabolas, a la vez que solicitaban a las autoridades que se construyera un barrio para obreros con viviendas dignas y salubres. En la citada asamblea, el doctor Guigou lanzó la idea de crear un hospital para niños, iniciativa que pronto llegaría a hacerse realidad.

Para darnos cuenta cómo el Gabinete marcaba la pauta de la vida cultural tinerfeña, en el año 1883 se celebraron cuatro importantes sesiones conmemorativas: la dedicada a Cervantes, el 23 de abril; el homenaje a Galdós, el 10 de mayo; la sesión anual, que conmemoraba la fecha de la fundación de la Sociedad, el 25 de julio; y, la Fiesta del Cable (telegráfico), el 6 diciembre, en la que se nombró socio de honor a Juan Ravina y Castro, por su labor en favor de su instalación.

En 1897, para celebrar con gran brillantez el I centenario de la victoria sobre las tropas invasoras inglesas, al mando del contralmirante Horacio Nelson, se convocó un certamen literario alusivo a la Gesta del 25 de Julio. Los trabajos premiados fueron editados con el título Recuerdo del Centenario.

También llevaban a cabo otro tipo de actividades a las que podía asistir cualquier ciudadano, tales como la celebración de ciclos de conferencias formativas para mujeres. También crearon una escuela de inglés y francés, a cargo del Coroliano Martí, al que se le consideraba primer políglota de Canarias, y una academia preparatoria de Derecho, a cargo de Hernández Sáyer, Arozena y Martí Dehesa.

El Gabinete llegó a ser una entidad respetada, incluso por sus enemigos, pues se solicitaba su asesoramiento en todo lo que representara progreso social, e incluso para organizar actos culturales en la ciudad. También fue germen de otros círculos y sociedades que nacieron a su sombra. Allí tuvo lugar la primera reunión de la Sociedad de Socorros Mutuos y Enseñanza Gratuita, y de la Sociedad de Edificaciones y Reformas Urbanas. Se creó la Unión Mercantil y Agrícola, y la Sociedad Mercantil El Pensamiento. Se fundó, asimismo, el Establecimiento de Segunda Enseñanza de Santa Cruz, primer centro de este nivel que tuvo la capital.

El Gabinete Instructivo desapareció en 1901 debido a que un inspector del timbre le abrió un expediente al observar la falta de tres sellos en unos libros antiguos. Como la Junta Administrativa le impuso una multa de 5.000 pesetas y no tenían fondos para abonarlas, no quedó otra opción que proceder a su autoliquidación.

Pero aún les quedaban arrestos a estos viejos luchadores, pues un grupo de antiguos socios encontró la manera de dar cierta continuidad a sus ideales y, el 26 de mayo de 1902, crearon el Ateneo Tinerfeño, una nueva sociedad constituida bajo la presidencia de Rafael Calzadilla. Otros crearon una nueva sociedad, el Gabinete Científico de Santa Cruz de Tenerife y, otro de sus socios más destacados, Elías Zerolo Herrera, fundaría la Revista de Canarias.

Sirvan estas líneas para enaltecer la figura de esta generación de ciudadanos que, en los turbulentos tiempos en que les tocó vivir, aportaron todo su esfuerzo y su saber al progreso de su pueblo, como luchadores del intelecto, de la cultura y de la libertad

Algunos fueron alcaldes: Anselmo de Miranda, Bernabé Rodríguez, José y Carlos Calzadilla, Emilio Serra, Febles Campos, García-Ramos, Suárez Guerra, etc.

Otros dirigieron periódicos y revistas de muy distinto signo: Alfonso Dugour, Claudio F. Sarmiento, Elías Zerolo Herrera, José M. Pulido, Juan de la Puerta Canseco, Miguel Villalba Hervás, Ramón Gil-Roldán, etc.

Y muchos están presentes en los rótulos de nuestras calles y plazas: Domínguez Alfonso, Costa y Grijalva, Ireneo González, Doctor Guigou, Pulido, Puerta Canseco, Valentín Sanz, Villalba Hervás, Tabares Barlett, etc.