Usuarios de la playa de Las Gaviotas, en la capital tinerfeña, expresaron ayer su malestar por el inicio de las obras que el Ayuntamiento de Santa Cruz declaró de emergencia en abril ante el "inminente riesgo" de desprendimientos que existía en parte de la ladera.

Los afectados critican que sea en "pleno julio" -se iniciaron este lunes- cuando se decida retomar estos trabajos, que se habían parado en 2013 y que consistirán en culminar la instalación de las mallas de seguridad que faltan en la zona.

Según expresaron ayer varios de ellos, la concesionaria de las obras va a introducir maquinaria pesada en la playa, lo que motivará el cierre de una parte "considerable" de la instalación.

"Encima que esto está en un estado lamentable, abandonado, porque hay suciedad y no se han cumplido las promesas que hicieron de instalar duchas, baños o una zona de solárium, van ahora y cierran media playa en pleno verano", criticó uno de los usuarios.

"Antes de las elecciones vinieron y tiraron tres piedras que estaban a punto de caerse desde hacía tiempo y luego se pararon los trabajos y no habían vuelto más", precisó otro.

Cabe recordar que el Consistorio de la capital decidió actuar de emergencia en Las Gaviotas, en abril, a raíz de un estudio elaborado por un ingeniero de minas especialista en el tratamiento de taludes. El estudio había sido encargado por la Concejalía de Servicios Públicos, que dirigía Dámaso Arteaga, a raíz de un informe realizado por agentes de la Policía Local en el mes de marzo.

El experto no solo confirmó la gravedad de la situación sino que, además, señaló que se habían detectado muchas más áreas con potenciales desprendimientos que las indicadas en el comunicado de la Policía Local.

Asimismo, detalló que en la cabecera del talud de la playa de Las Gaviotas había varias rocas de grandes dimensiones con riesgo de desprendimiento.

En el informe también se decía que la valla de retranqueo solo es una medida disuasoria para que los usuarios de la playa no se acerquen al talud, que es la zona de mayor riesgo de desprendimientos, pero ello no implica que la valla suponga una protección real contra los desprendimientos, ya que su capacidad se limita a la detención de rocas de tamaño decimétrico que caigan desde poca altura.