El Ayuntamiento de Santa Cruz ha dado la orden de demolición de un inmueble que se encuentra en estado de ruina radicado en el número 70 de la calle Princesa Guayarmina en su intersección con Princesa Guacimara, en el barrio de La Salud, y que se había convertido en un problema de seguridad y sanitario para el entorno.

Con esta actuación, cuyos trabajos se van a ejecutar durante los próximos días, se da respuesta a las demandas históricas de los vecinos que demandaban durante años una actuación contundente por parte de la corporación local centrada en culminar el proceso de ejecución subsidiaria.

Según confirmó ayer el área de Urbanismo, que dirige Juan Ramón Lazcano, se trata de una casa terrera de una sola altura más azotea que se encuentra en estado de ruina, por lo que los esfuerzos administrativos se han centrado en garantizar la seguridad por las posibles afecciones a las personas y a bienes materiales.

Tras los pertinentes procedimientos administrativos, y ante la imposibilidad de poder contactar con los propietarios de la casa tras el cumplimiento de los procedimientos administrativos, el ayuntamiento va a ejecutar subsidiariamente la demolición de la casa, limpieza y vallado del solar resultante después de que el juez autorizara a realizar los trabajos.

De esta forma, según confirmó la Gerencia de Urbanismo, el contrato de los trabajos previstos está adjudicado desde el pasado 4 de junio, por lo que en unos días está previsto que la empresa encargada lleve las máquinas para demoler el inmueble, limpie y valle el solar.

Lo cierto es que la casa se había convertido desde hacía años en un punto conflictivo de la parte baja de La Salud. Según explicaron varios de los vecinos consultados, "es normal ver salir y entrar gente del inmueble", justamente por el frente de la casa que ha sido violentada, al igual que la parte trasera que da a la calle Princesa Guacimara, una cuestión de la que prefieren no extenderse a hablar "por si acaso, porque por aquí conocemos a alguno".

Se da la circunstancia, además, de que hace años la vivienda ya fue tapiada, pero de nada sirvió porque ya existe un acceso a uno de los cuartos. Lo mismo sucede en la parte de atrás, desde donde se puede acceder a otro cuarto.

Otro de los denunciantes aseguró que en la actualidad hay una persona viviendo en la azotea, "pero no da problemas y es bastante educado. A nosotros no nos molesta para nada", dijo.

Una de las grandes preocupaciones del entorno, no obstante, es la suciedad acumulada en su interior y en los exteriores, "que ha provocado la proliferación de cucarachas y ratas desde hace años. Pensamos que se podría actuar al menos en este sentido por parte del ayuntamiento una vez que echen la casa abajo".

Lo cierto es que los consultados pusieron en valor la noticia de que el área de Urbanismo ha actuado para que en unos días la casa pase a ser un recuerdo que han sufrido durante muchísimo tiempo sin que encontraran una solución a sus demandas.