Ayer viernes, 28 de junio, se cumplieron nueve años desde que se puso en marcha el viario del barranco Santos, que en este tiempo se ha convertido en uno de los auténticos desahogos para el tráfico interno de la ciudad, conectando el centro de Santa Cruz con el barrio de La Salud en muy pocos minutos.

Todo, a pesar de las dudas generadas cuando empezó a hacerse realidad el proyecto, en 1994, y cuando terminó de ejecutarse el viario en 2010, con sus retrasos (su conclusión estaba prevista para 2003, en principio) y sobrecostes incluidos (de los 19 millones iniciales en 1997 a los 83 millones reconocidos en 2014).

Ahora, nueve años después, los datos de la Policía Local de Santa Cruz reflejan que el viario del barranco Santos es una de las conexiones internas más utilizadas por los vecinos, por tener la particularidad de ser una vía rápida, ya que permite acceder desde la avenida Venezuela hasta el ámbito de Bravo Murillo, 2,2 kilómetros, en cinco minutos.

Esa especificación hace que la vía soporte una media de 9.612 vehículos diarios (últimos datos a 24 de junio), de los cuales 5.976 lo hacen en sentido descendente y el resto, 3.636, la usan en dirección ascendente.

En cuanto a la intensidad del tráfico en hora punta (entre 08:00 y las 09:00 horas), en sentido descendente los datos arrojan el paso de 711 vehículos a la hora, mientras que se registran 502 en sentido ascendente (entre las 14:00 y las 15:00 horas).

Es por ello por lo que los datos que se desprenden de los desplazamientos de vehículos por la vía del barranco Santos son considerados como "importantes", ya que la sitúan como uno de los pilares de la movilidad interior de la capital.

Otra cosa es mirar la infraestructura desde la óptica de su mantenimiento y las dotaciones que contiene. En este caso, uno de los grandes problemas detectados por los vecinos desde que se abrió la vía es lo que consideran una iluminación deficitaria a lo largo de todo su recorrido.

Ese déficit lumínico se ha convertido en un punto de crítica vecinal y ya el pasado día 6 de enero el exconcejal de Servicios Públicos Dámaso Arteaga apuntaba que el ayuntamiento estudiaba el cambio de luminarias, añadiendo además que el cambio de sistema de alumbrado multicolor, integrado en los módulos de los quitamiedos de la vía en sus dos sentidos, tendría que esperar por la falta de recambios.

Sobre todo ello, el actual concejal del área, José Ángel Martín, aseguró ayer que está impulsando la mejora de las terrazas y parques que se han construido en los márgenes, "que ya denunciamos que estaban en un estado deplorable", así como "la mejora de la iluminación de la vía".

En cuanto al primer aspecto, resaltó la existencia de un proyecto de mejora de uno de los parques que tenía pensado ejecutar el anterior gobierno, pero que "se modificará para ampliarlo y acondicionarlo convenientemente".

Por otra parte, a lo largo de todo el recorrido la huella de los incívicos se ha dejado notar, tal y como sucede, por ejemplo, en el edificio del barrio Uruguay, que nunca se ha ocupado y que está cerrado por el vandalismo que sufrió durante años; los grafitis existentes en el falso túnel del ámbito del barrio de Duggi; el paso a la altura de la rambla, o en los distintos accesos a pie que conectan la ciudad con la propia vía del barranco. También llama la atención la invasión del rabo de gato en los márgenes.

las cifras

  • 1994 Los arquitectos Juan Manuel Palerm y Leopoldo Tabares de Nava comenzaron a trabajar en el proyecto en 1994.
  • 1997 El Gobierno de Canarias y el ayuntamiento firman un convenio para su construcción por un valor de 19,1 millones, comenzando las obras en 2003.
  • 2010 El 28 de junio de 2010 se inaugura con retraso y un coste final de 83 millones.