El salón de plenos del Ayuntamiento de Santa Cruz acogió ayer el acto de entrega de la Medalla de Oro de la ciudad a la musicóloga, docente e investigadora tinerfeña Rosario Álvarez Martínez al mérito cultural por su trayectoria profesional y su defensa y protección del legado musical de las Islas, así como sus aportaciones investigadoras que le han valido el reconocimiento nacional e internacional en el ámbito de historia de la música clásica y contemporánea.

Y quisieron estar en esa cita la comunidad educativa de la ULL con la rectora, Rosa Aguilar, a la cabeza; o el obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez; el cronista oficial de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Ledesma, y el presidente del Cabildo en funciones, Carlos Alonso, entre otras autoridades y acompañantes, así como parte de la nueva corporación nacida del 26 de mayo.

Tras las notas musicales de la Unión Musical Aída, con el Gigantes y cabezudos del maestro Manuel Fernández Caballero, fue la alcaldesa Patricia Hernández la encargada de reconocerla en su primer acto oficial como regidora, asegurando que "es un honor presidir, con la solemnidad que merece, el reconocimiento a una ilustre hija de esta Isla", defendiendo su aportación a la cultura, ya que "es lo que nos distingue, lo que nos define e identifica", a pesar de que "no solemos prestarle la atención y el cuidado que requiere", dijo.

Ahí ensalzó la figura de doña Rosario, que "no ha cesado en el ejercicio investigador, contribuyendo de forma decisiva a la recuperación de nuestro patrimonio más frágil y probablemente más hermoso", momento en el que recordó su apuesta por la restauración de los órganos de Tenerife y de Canarias, al margen de los estudios especializados que ha divulgado.

Dichas palabras dieron paso a la entrega de la medalla ante el aplauso del público, que llenó el salón de plenos.

Con firmeza, pero emocionada por el momento, Rosario Álvarez Martínez, feliz, agradeció la concesión de la Medalla de Oro al Mérito Cultural del Ayuntamiento de Santa Cruz, aprobada por unanimidad por la anterior corporación, señalando que "para mí es un gran honor que voy a recibir con gozo, pero también con preocupación por la responsabilidad que ello supone, pues muchas instituciones y personas de nuestra población, empezando por la Tertulia de Amigos del 25 de Julio, han estado implicadas en esta propuesta, esperando de mí que siga involucrada en todas aquellas acciones culturales que han marcado mi existencia y temo defraudarlas, porque mis fuerzas actuales ya no son las de antes. De todas formas, mi voluntad está pronta a seguir batallando por todo lo que pienso que es bueno para esta ciudad y sus más concienciados ciudadanos, cultural y musicalmente hablando".

Fue el momento el que la historiadora y experta en las artes musicales comenzó a hacer un recorrido por su vida y su trayectoria, recordando que "uno no se hace a sí mismo, sino que es la suma de las aportaciones de todos aquellos que se van cruzando en nuestro camino", una frase que engarzó con el recuerdo de cuando empezó a amar la música, la ciudad de Santa Cruz, así como a las personas que han sido importantes en su formación y desarrollo profesional.

Reconoció que estas aportaciones y su trabajo le otorgaron esa proyección profesional e intachable en el mundo de la cultura a nivel de las Islas, nacional e internacional, estatus en el que contribuyó, también, a la localización en La Orotava, en el archivo privado de Zárate Cólogan, de una partitura titulada Fandango, del genio musical Domenico Scarlatti, que demostraba "la influencia española" en el músico para crear sus obras.

Al mismo nivel de importancia situó su labor en la Real Academia Canaria de Bellas Artes, pero especialmente tuvo el recuerdo de su amigo y colega grancanario, ya fallecido, Lothar Siemens, "que marcaría mi labor investigadora" a través del proyecto RALS, dedicado a la recuperación y protección del legado musical de los autores canarios y sus obras, lográndose la grabación de 56 discos "con 521 obras inéditas de 130 autores diferentes", dijo con orgullo.

En ese breve recorrido recordó el día a día de sus paseos por el Santa Cruz de los años 60, teniendo los ejes de su casa, en el ámbito de La Noria, y el Instituto de Segunda Enseñanza, el Guimerá, o su paso por el Conservatorio o la Universidad de La Laguna, desgranando los vínculos con las personas que marcaron su vida, entre otros, sus padres, a la profesora de piano Celestina Perera, Pedro de Lerma, Paulino Ortiz, Miguel del Barco, Antonio Lecuona o Jesús Hernández Perera, especialmente, impulsor de su vena investigadora, que la llevó a convertirse en una referencia de la cultura musical de la Edad Media a nivel nacional e internacional.

Estos nombres tan solo son una parte de las personas que han hecho grande el reconocimiento de Rosario Álvarez, con la posesión desde ayer de la Medalla de Oro al Mérito Cultural. Un colofón a una trayectoria extraordinaria.

Una trayectoria brillante

La doctora Rosario Álvarez Martínez (La Laguna, 1949) estudió en sus primeros años en Santa Cruz de Tenerife y con posterioridad simultaneó estudios de Geografía e Historia en la ULL con el Grado Profesional de Piano en el Conservatorio de Santa Cruz. A su término (1980), los completa en Madrid con el Grado Superior de Música y el doctorado en la Universidad Complutense, versando su tesis sobre los instrumentos musicales en la Edad Media a través de las artes plásticas. Con ello recibió la máxima calificación y recibió en 1981 el Premio Nacional de Musicología. Desarrolló con posterioridad la investigación en esa materia cuando la especialidad todavía no existía en España. Esa iniciativa marcó su perfil docente e investigador en el Departamento de Historia del Arte de la ULL, donde llegó a ser catedrática de Historia de la Música en 1990, jubilándose tras 42 años de servicio a la institución. Rosario Álvarez Martínez ha destacado por su labor docente e investigadora, resaltando su apuesta por la recuperación del patrimonio y difusión musical. Sus publicaciones, cerca de 200, se han centrado en cuatro ámbitos: organología e iconografía musical española, europea, asiática y americana en la Edad Media; Renacimiento y Barroco; música peninsular de tecla en el siglo XVIII; órganos de Canarias; y música y músicos del Archipiélago canario. Sus numerosos trabajos han sido publicados en revistas especializadas de ámbito nacional e internacional. Ha presidido la Sociedad Española de Musicología o la Real Academia de Bellas Artes y ha desarrollado, entre otros, el proyecto musicólogo RALS de recuperación y difusión del patrimonio musical Canarias, editando la colección La creación musical en Canarias.